Casa Fagliano: la zapatería histórica de Hurlingham

Casa Fagliano: la zapatería histórica de Hurlingham
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Existen lugares que, además de haber vivido grandes cambios en materia de urbanización al interior de la zona oeste de la provincia de Buenos Aires, se establecen en verdaderas referencias de los barrios. Ya sea a partir de la elaboración de productos innovadores, como así también por la larga tradición que mantienen con el lugar de orígen, estos comercios, de a poco, comienzan a ser reconocidos tanto por propios como por extraños. Uno de ellos es la famosa Casa Fagliano, una zapatería típica ubicada en el partido de Hurlingham que ya tiene más de 128 años aportando soluciones a cada una de las personas que acuden a su local. En esta oportunidad, desde Diario La Ciudad, relataremos algunos detalles sorprendentes de su historia íntimamente vinculada con el polo y con la elaboración de botas de alta gama.


Todo comenzó en 1884, cuando Pedro y Giacomina desembarcaron en la Argentina provenientes de Italia. Más allá de que un inicio se instalaron en el barrio porteño de la Boca, rápidamente se trasladaron al partido de Hurlingham ya que sus patrones le donaron un terreno en las cercanías de la estación de tren de Rubén Darío. Desde aquel momento, decidieron que este lugar sería su hogar para siempre.


Pese a realizar todo tipo de calzado, una de las especialidades que manejan en Casa Famiglia tienen que ver con las botas de polo, ya que ocupan aproximadamente el 95% de su producción. Este trabajo lo realizan con el máximo de la concentración, ya que de acuerdo a las propias personas que forman parte de este emprendimiento, cada producto le demanda entre 6 y 8 horas. A su vez, una de las condiciones que sostienen desde sus inicios es no trabajar con más de un zapato a la vez, lo que lo hace completamente exclusivo.

Tal es el nivel de expertiz que maneja esta familia que hasta tuvo la posibilidad de trabajar para la firma Etiqueta Negra, una de las marcas más reconocidas en el universo del polo nacional. Es indudable que sus productos ya forman parte de una tradición y prometen extender su fama en todo el planeta desde su pequeño local ubicado en Hurlingham.


Un dato interesante a tener en cuenta en relación a Casa Fagliano es que, en 2011, fueron contactados por parte de la empresa suiza Jaeger-LeCoultre, quienes le asignaron la difícil tarea de reversionar un reloj que data del año 1931 y que estaba destinado para los polistas de elite. Tras esta propuesta, fueron invitados por la firma a un evento de alta relojeria de Suiza, en el cual participaron personajes de la talla de Benedict Cumberbatch.


Es conocida la frase que dice que en el Oeste está el agite. En esta oportunidad, en la localidad de Hurlingham, también se puede encontrar una pequeña empresa familiar que se preocupa al detalle porque cada uno de sus productos tenga un toque especial. A fuerza de cuero y muchos años de experiencia en el universo del calzado, le ofrecen a miles de personas un producto de alta calidad.

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