Caso Lucas Verón: un fiscal pidió 25 años y otros cuatro para dos policías por el crimen del joven
Diario La Ciudad
Un fiscal pidió 25 años de prisión para el policía bonaerense al que un jurado popular el miércoles lo declaró culpable por matar en exceso del cumplimiento de sus funciones al joven Lucas Verón y por intentar asesinar a un amigo de la víctima, que sobrevivió, en julio de 2020 en la localidad de González Catán.
Además, el fiscal Sergio Antín solicitó para la otra policía que llegó al juicio por jurados y que fue declarada culpable, que se la condene a 4 años de cárcel solo por el homicidio de Verón en exceso del cumplimiento del deber. Así fue la finalización de la etapa de alegatos de las partes, a la que tuvo acceso Diario La Ciudad.
Lo que viene ahora en el juicio es la etapa de “la pena” que le impondrá el juez Gerardo Gayol del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Matanza, quien recién el miércoles 24 de agosto dará a conocer la sentencia de manera online a las 14 horas, medida tomada ante la posibilidad que se generen desmanes en las afueras del tribunal.
Disturbios y caos tras la llegada de los detenidos
Al terminar la audiencia desarrollada en la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), familiares de la víctima intentaron agredir a los detenidos y patearon el camión del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) que los trasladaba. Esto motivó la reacción de penitenciarios que arrojaron gas pimienta contra los manifestantes, dos de los cuales debieron ser atendidos por médicos.
Los alegatos fueron realizados en el Aula de Juicio del Departamento de Derecho y Ciencias Políticas de la UNLaM con la presencia de Cristian y Graciela, padres del joven asesinado.
La mujer llevaba una remera blanca con la leyenda “Basta de Gatillo Fácil” y el hombre una camiseta azul con la foto de Lucas, la frase “El recuerdo de tu sonrisa me da fuerzas para seguir” y la fecha de su nacimiento.
En tanto, los acusados Cintia Duarte (28) y Ezequiel Benítez (28) llegaron en el camión de traslados del SPB, escoltados por dos camionetas, y en la sala estuvieron custodiados por siete penitenciarios.
Alegatos de las partes
El fiscal Sergio Antín recordó que ambos fueron declarados culpables por el delito de “homicidio por exceso de cumplimiento de sus funciones” y, en el caso de Benítez también por el “homicidio agravado en grado de tentativa” del amigo, Gonzalo Aguirre.
Como agravantes, el representante del Ministerio Público valoró la utilización de un arma de fuego y la “nocturnidad” ya que “eligieron el momento, casi como una celada”.
El fiscal afirmó que los disparos se realizaron “en una zona densamente poblada” y Benítez no reparó en que también podría haber herido a “un vecino” que ocasionalmente se asomara, por lo que consideró que pudo haber habido más “víctimas”.
También se refirió a la “juventud de las víctimas” que “cuatro ojos profesionales de la seguridad podrían haber evaluado, pero no les importó”.
“No tener antecedentes penales no es un mérito porque eran policías. Y que tengan dos hijos menores no me quitan ni me agregan porque Lucas y Aguirre también lo eran”, indicó el fiscal. Finalmente, requirió 25 años de cárcel para Benítez y 4 para Duarte.
Los abogados Horacio y Juan Cruz Casalla, que representan al joven Aguirre, y la abogada Carla Ocampo de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), representante de la familia de Verón, adhirieron a lo expuesto por la fiscalía. Sin embargo, solicitaron 33 años y 4 meses para el hombre policía y 6 años y 4 meses para la mujer, al hacer una interpretación distinta de mensuración de la pena.
Por su parte, la defensa oficial de Benítez sostuvo que ellos “no eligieron la nocturnidad” ya que fue durante la noche cuando se cruzaron con “una moto”. Asimismo, añadió que “no puede hablarse de zona densamente poblada porque no había gente” en la calle y que el imputado “creyó que estaba en situación de riesgo”.
La letrada criticó lo pedido por los particulares damnificados y le pidió al juez el “principio de razonabilidad”. Por este motivo, solicitó que considere el “mínimo legal”.
Por último, el defensor oficial de Duarte dijo que su “aporte al hecho ha sido mínimo y eso no puede ser olvidado”. Además, sostuvo que la “corta edad y antigüedad en la fuerza, o sea una menor experiencia, se traduce en un menor grado de responsabilidad”.
El abogado estimó que debe recibir un año en suspenso y, subsidiariamente, requirió que el tiempo que lleva detenida (dos años y dos meses) sea considerado como una pena cumplida.
Recordamos que la semana pasada un jurado popular halló culpable del “homicidio por exceso de cumplimiento funcional” de Verón, que prevé hasta cinco años de prisión para Cintia Duarte. En tanto, Ezequiel Benítez fue responsabilizado por ese mismo delito y por el homicidio agravado en grado de tentativa del amigo, Marcos Aguirre, penado con entre 10 y 25. En este sentido, podría recibir hasta 30 años, debido a que ambas se sumarían, explicaron las fuentes.
El veredicto de culpabilidad de los policías en este caso de violencia institucional cometido el 20 de julio de 2020, en pleno Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) por la pandemia de coronavirus, fue dado a conocer el pasado miércoles al cabo de un maratónico juicio por jurados que había comenzado la mañana del día anterior en el Patio de las Américas de la Universidad Nacional de La Matanza.
Si bien el fiscal del juicio Sergio Antín y las familias de las víctimas, representadas por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), habían acusado a los policías por homicidio agravado y la tentativa de ese delito, que prevé la pena de prisión perpetua, para el jurado, en el caso de Verón, los policías actuaron excediendo sus funciones, por lo que la pena del delito es considerablemente menor.
Como la decisión del jurado es “inmotivada”, es decir que no se debe explicar por qué se adoptó, es una incógnita el motivo por el cual el policía Benítez fue culpabilizado de un homicidio en exceso de sus funciones y de una tentativa de homicidio agravado (ambos delitos prevén penas muy distintas) si los dos hechos se cometieron en una misma secuencia.
Incluso, podría suceder que ese policía reciba una pena mayor por el ataque contra el joven que sobrevivió que por el homicidio de Verón, dijeron las fuentes.
Maratónica jornada de debate de martes a miércoles
Tras un debate que se inició el martes 16 y continuó la madrugada del miércoles 17 de agosto, los integrantes del jurado emitieron un veredicto de culpabilidad contra los policías Ezequiel Benítez y Cintia Duarte. Sin embargo, fue por un delito menor y con pena atenuada, diferente al reclamado por la fiscalía. Esta había pedido para ambos una pena de prisión perpetua por homicidio agravado, por ser cometido por funcionarios públicos.
La calificación que dio por acreditado en jurado fue la de “Homicidio en exceso del cumplimiento del deber de funcionario público”, pena que va hasta los 5 de años de máximo.
El hecho
El hecho ocurrió el 10 de julio de 2020 en la esquina de Achegas y Llerena, en González Catán. Esa noche, luego de una persecución, un patrullero impactó de atrás al rodado en el que se desplazaban las víctimas. Estas cayeron al piso y comenzaron a correr en dirección a la casa de una de ellas, ubicada a una cuadra y media.
Aparentemente, el policía Benítez, quien manejaba la patrulla, descendió y efectuó entre dos y tres disparos con su arma reglamentaria. Uno de ellos impactó en el tórax de Verón, quien luego falleció.
El debate paso a paso
El joven que sobrevivió a los balazos tras la persecución policial en la que fue asesinado Lucas Verón, en 2020 en González Catán, aseguró ayer en el inicio del juicio que “estos oficiales no les dieron la voz de alto”. Además, contó que aceleraron la moto porque los quisieron chocar con el patrullero y se asustaron, y que les efectuaron “cuatro disparos”.
En tanto, Cristian Verón, padre de Lucas, declaró en horas de la tarde de ayer que cuando fueron al hospital ya sabían “que había sido la Policía” la responsable de balear a su hijo, a quien definió como “un chico sano de la casa, que trabajaba y estudiaba”, y que “jamás pisó ni la vereda de una comisaría”.
Por su parte, Marco Gonzalo Aguirre, amigo de Lucas (18), y quien manejaba la moto en la que llevaba como acompañante a la víctima la madrugada del 10 de julio de 2020, en pleno aislamiento por la pandemia del coronavirus, fue el primer testigo en declarar en el debate que se dio en una sala repleta del Patio de las Américas de la Universidad de La Matanza.
Desde la mañana y mientras se desarrollaba la elección de los 12 jurados titulares y los 6 suplentes que tienen que determinar si los policías Ezequiel Benítez y Cintia Duarte son culpables o inocentes, los familiares de Verón se concentraron en la puerta de la universidad con remeras con el rostro de la víctima y banderas que reclamaban justicia para Lucas, y hasta mostraron un flyer con la secuencia del hecho en el que fue cometido el crimen.
“Van a escuchar una historia triste, de gatillo fácil”, le dijo el fiscal del juicio Sergio Antín al jurado popular en los lineamientos generales del juicio al que llegaron los policías acusados del delito de “homicidio agravado por ser cometido por un miembro de una fuerza de seguridad y por el uso de arma de fuego y tentativa de homicidio”, en el primer caso de Verón (18) y en el segundo de Aguirre, quien era menor de edad al momento del hecho.
Recién pasadas las 18, Aguirre se sentó ante el jurado popular y unas mil personas, entre familiares y alumnos de la universidad que desbordaba la sala. Allí, relató que esa noche concurrió a la casa de Lucas para festejar su cumpleaños.
“A la noche jodimos entre amigos, salimos a tomar aire al patio y vemos que pasa un patrullero y nos miran, no le dimos bola y entramos”, recordó Aguirre. A continuación, añadió que decidieron ir con la moto junto a Lucas a comprar gaseosas y alguna bebida energizante.
El joven sostuvo que “como no había nada abierto” por el aislamiento por el coronavirus regresaron a la casa de Lucas. Pero en ese momento se encontraron “con un patrullero con las sirenas y luces apagadas” que los “quiso chocar”.
“No nos dieron una orden de alto, nos asustamos y acelero, era la primera vez que nos pasó algo así. Nos subimos a la vereda y el patrullero nos persiguió tirando cuatro tiros”, dijo el testigo. Según le explicó al jurado, primero hubo dos disparos y luego otros dos cuando cayeron de la moto.
“Lucas corría adelante y yo atrás, él trastabilla y cae, lo paso y vuelvo porque no venía más”, dijo el joven, quien contó que fueron al hospital y después lo vio a Lucas “en la camilla ya sin vida”.
El testimonio de Aguirre culminó con aplausos por parte del público, aunque el juez técnico Gerardo Gayol, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Matanza, reprendió a los presentes, a quienes les dijo que iba a ordenar el desalojo de la sala de audiencias si se volvía a repetir.
Antes de Aguirre, el que pidió declarar fue el policía Benítez, quien admitió que participó de la persecución en un móvil “con las balizas apagadas” y que efectuó dos disparos porque pensó que los jóvenes estaban armados, aunque dijo que tras el hecho se retiró del lugar sin asistirlas porque creyó que no había herido a nadie.
El policía dijo que esa noche recorría la zona de González Catán y que habitualmente patrullaban las calles con las sirenas apagadas por razones de seguridad, ya que en otras ocasiones habían recibido pedradas o disparos.
En ese marco y durante el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), identificaron esa madrugada a “varios masculinos” que enviaron a su casa hasta que en un momento se cruzaron una moto con dos jóvenes a bordo.
“Queremos identificar a la moto pero se van y arranca la persecución con las balizas apagadas pero las luces siempre prendidas, a unos 70 metros de distancia”, explicó Benítez. A su vez, agregó que la moto cayó por la velocidad, por lo que se detuvo y, si bien “no se lograba ver bien”, dijo que uno de los sospechosos “se da vuelta como que esgrimió un arma”.
Ante esa situación, el policía realizó dos disparos con su arma reglamentaria, pero dijo que creyó que no los había herido. Además, aseguró que a “los dos minutos” los alertaron por un “robo en proceso” y se retiraron del lugar.
Sin embargo, minutos después regresó con otros tres móviles porque en ese sitio les informaron que había un herido de bala “por una pelea entre bandas”.
“No me imaginé que hubiese herido a una persona, yo no apunté”, sostuvo Benítez.
Luego fue el turno de Cristian Verón, quien declaró que “Lucas era un chico sano de la casa que trabaja y estudiaba. Anhelaba llegar a 18 años para cumplir sus proyectos de vida”.
“En el hospital llegamos a la guardia, lo ingresan a una sala y diez minutos después una doctora me dice que ya no había más nada para hacer y que entremos a despedirnos. Ya sabíamos en ese momento que había sido la Policía”, aseguró el hombre respecto al día del crimen. Además, remarcó que su hijo “no tenía antecedentes” y que “jamás pisó ni la vereda de una comisaría”.
Por Ramón González
Foto de portada: Daniel Dabove