Del Flaco al Indio: la historia de “Del Cielito Récords”, el estudio en Parque Leloir que llegó a la cima
Santiago Menu
En pocos lugares se vive el rock nacional como en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires. Además del fanatismo que emanan muchas personas que habitan en estos pagos, buena parte de los músicos que hicieron historia en nuestro país dieron sus primeros pasos en estas localidades. Como si esto fuera poco y frente a la necesidad de establecer un espacio que pueda producir canciones con la misma calidad que los que se elaboran en el primer mundo se instaló “Del Cielito Récords”, una de las productoras independientes con mayor relevancia en la esfera pública y que tiene su sede en Parque Leloir. La historia de este proyecto y l@s artistas que pasaron por este espacio lo convierten en un relato que vale la pena volver a ser compartido.
El estudio de grabación fue fundado por Gustavo Gauvry en 1980, a pocos metros de su casa en el partido de Ituzaingó. Su nombre deviene de la calle en la cual está ubicado y la elección de este distrito no fue casual. “Un estudio no tenía que ser una cueva en el centro de la ciudad cuando podía ser un lugar con luz, con aire libre, con familia metida en el medio, con chicos, con amigos, con asados: un lugar donde pudieras grabar en un clima de distensión”, señaló su fundador en una entrevista que le concedió al diario Perfil.
Los Ratones Paranoicos, Fabiana Cantilo, Los Violadores, León Gieco, Luis Alberto Spinetta, Serú Giran, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Los Fabulosos Cadillacs, Divididos, María Rosa Yorio, David Lebón, Los Piojos y Los Caballeros de la Quema fueron algunas de las estrellas de relevancia nacional que pasaron por esta productora y dieron a conocer buena parte de su talento.
“Del Cielito Récord” puede sentirse orgulloso de haber sido la primera compañía en grabar recitales en vivo. El primero que llevaron a cabo fue el de Susana Rinaldi en 1981, aunque uno de sus proyectos más rimportantes fue acompañar a León Gieco en su iniciativa ““De Ushuaia a La Quiaca”.
“Acá pasaron muchísimas cosas porque este lugar estaba abierto las veinticuatro horas. Se componía, se tocaba, se grababa. Luis (Spinetta) venía, prendía las luces y se ponía a dibujar. No estábamos tan enfocados en lo comercial sino a favor de la música”, destacó David Lebón en relación a este estudio.
Tras muchos años en los cuales recibió a grandes artistas del rock nacional, Gauvry tomó la determinación de poner a la venta este estudio de grabación y fue la Bersuit Vergarabat la que la compró. Uno de los grandes objetivos de esta banda fue que el estudio mantenga su esencia de creación de arte y es así como lo conservan hasta el día de la fecha.