Día del jubilad@: por qué el 20 de septiembre se reconoce a l@s adult@s mayores
Santiago Menu
El pasado 20 de septiembre no fue un día más para l@s millones de jubilad@s que habitan el suelo argentino. Este sector que sufre en carne propia las consecuencias de un ajuste al gasto fiscal y del incremento constante en los precios de los alimentos y servicios tiene la posibilidad de recordar en una jornada cada uno de los derechos que adquirieron en los últimos tiempos. El Día del Jubilad@ tiene como objetivo central poner en valor el trabajo realizado por l@s adult@s mayores y las penurias que sufren una vez que llegan a la edad de retirarse del mercado laboral, por lo que vale la pena detenerse a contar por qué se celebra esta fecha en todo el país.
Cabe destacar que un 20 de septiembre de 1904, se sancionó por primera vez la Ley 4.349 de Jubilación para funcionarios, empleados y agentes civiles estatales, como así también se creó la Caja Nacional de Jubilaciones y Pensiones, aunque por aquellos tiempos solo beneficiaba a l@s trabajador@s del Estado.
De esta manera, como nunca antes en la historia, se reconoció el beneficio previsional que luego se extendería al sistema contributivo argentino y alcanzaría a millones de resident@s. No obstante, fue con el gobierno de Juan Domingo Perón que los derechos de l@s jubilad@s tomaron notoriedad pública.
Tras una primera experiencia de capitalización individual, Perón decidió pasar a uno de reparto en el cual cada trabajador brinda una porción de su sueldo para el momento de su jubilación. Este sistema funcionó sin mayores complicaciones, hasta que con la llegada de Menem se pasó al Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJP), gestionado en buena medida por empresas privadas. Con la llegada de Cristina Fernández de Kirchner al poder, se volvería al régimen en el que estamos en la actualidad.
El INADI, por su parte, lanzó un comunicado en el cual “reafirma su compromiso de trabajar contra las valoraciones negativas contra los adultos mayores y sostiene que la edad no es un factor determinante que justifique la pérdida de capacidad y potencialidades. Se ha cargado de signos negativos a la ancianidad, asociándola a la enfermedad, la incapacidad y la improductividad”.
Es indudable que l@s jubilad@s requieren de la asistencia del Estado para poder transitar estos tiempos que corren de la mejor manera posible. Para ello, se deberán elaborar políticas públicas que tiendan a recuperar su poder adquisitivo.