“El Gato Rojo”, la historia de la peña automovilística de Moreno que fue furor en el país
Santiago Menu
Durante la segunda mitad de 1964, al interior del partido de Moreno, nació una asociación que tuvo una enorme repercusión tanto dentro como fuera del barrio: la peña “el Gato Rojo”. Esta organización surgió a raíz de la idea de un grupo de aficionad@s del automovilismo en la localidad que acudían con habitualidad a las carreras del Turismo Carretera. Más allá de apoyar a diferentes pilotos, su gran objetivo era claro: adquirir un auto y, de esta manera, lanzarse a las pistas. A 60 años de este hecho sumamente relevante al interior del municipio, resulta relevante relatar algunos hechos y particularidades que tuvo este grupo.
Tras su fundación y luego de muchas discusiones entre sus miembros originarios, adquirieron una cupé Ford V8 modelo 1946. Carlos “Cacho” Salto fue el encargado de hacerse cargo de los hilos de este coche, una vez que tuvo los recursos suficiente para poder hacerse presente en diversas carreras.
Mediante colaboraciones de vecin@s, asados, rifas y kermeses, se recaudaron los fondos necesarios para el armado y preparación del auto, que más tarde fue conocido con el mote de “La Galera“. Su tan ansiado debut en las pistas llegó en 1965, en las tradicionales 500 millas Mercedinas, donde obtuvo el noveno puesto y generó una enorme emoción en miles de personas que residen en Moreno.
La fama y popularidad de este auto y de su conductor eran inmensas en el partido, en gran medida a raíz de la leyenda “Ciudad de Moreno” en el frente de la cupé, ya que quizás por primera vez veían trascender el nombre de su ciudad. Es por esta razón que comerciantes, industriales, clubes, entidades de bien público, la Iglesia, entre otras instituciones, colaboraban con la peña en todas las formas posibles.
Con el paso del tiempo y los constantes cambios que tuvo el Turismo Carretera, sumado a la incorporación de empresas de mucho volumen, este proyecto del “Gato Rojo” comenzó a desaparecer. La agrupación continúa en la esquina de Paso y Blas Parera, en Villa Herrero, donde en la actualidad funciona el Colegio Juan XXIII.
Más allá de que los años son otros, así como también el contexto, miles de personas que residen actualmente en el municipio de Moreno recuerdan en sus retinas aquellos años gloriosos de esta peña automovilística que tuvo la oportunidad de demostrar todo su talento en las pistas más relevantes del país.