El Ombú de Ciudad Jardín, el único recuerdo vivo de lo que fue la batalla de Caseros
El 3 de febrero de 1852 no fue una fecha más para la consolidación de la República Argentina. El ejército de la Confederación Argentina al mando del gobernador Juan Manuel de Rosas, quien por aquel entonces era el encargado de comandar los hilos de la provincia de Buenos Aires y de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina fue vencido por las tropas de Urquiza y se vio en la necesidad de exiliarse rumbo al Reino Unido. La batalla de Caseros se desarrolló en tierras que conocemos actualmente como Ciudad Jardín y hasta el momento se mantiene en pie un Ombú que retrata fielmente los tiempos pasados en nuestra nación.
Entre las calles Libertad, Aviador Macias y Aviador Udet se establece este árbol declarado como uno de los monumentos históricos con los que cuenta la provincia de Buenos Aires. Como forma de dar a conocer este patrimonio, las autoridades nacionales decidieron crear una plaza abierta a la comunidad.
L@s historiadores señalan que la batalla duró alrededor de seis horas y se desarrolló en la estancia de la familia Caseros, donde actualmente se encuentra los terrenos del Colegio Militar de la Nación. El enfrentamiento duró tan solo seis horas y contó con muy pocas bajas en combate.
Pese a esta guerra tan relevante para nuestra historia, el ombú se mantuvo intacto durante todos estos siglos, aunque en los años 2000 l@s vecin@s de la zona comenzaron a preocuparse por el estado de abandono no solo del árbol sino de la plaza que la rodeaba. Es por esta razón que en 2021 las autoridades locales tomaron la determinación de poner en valor este lugar.
Nuevos mobiliarios urbanos, juegos infantiles, iluminación LED y trabajos de renovación de veredas y parquización fueron algunos de los cambios que tuvo este espacio. Por otra parte, se decidió cercar el ombú y colocar una placa que hace referencia a la relevancia que tiene para nuestra historia.
Además de la naturaleza que rodea las calles de Ciudad Jardín, este barrio emblemático del partido de Tres de Febrero cuenta con un pasado fabuloso. No hay dudas de que para poder pensar en el futuro es necesario recuperar buena parte de lo que sucedió en los siglos anteriores. Tan solo basta con acercarse a la plaza del Ombú para poder sentir en carne propia el clima de época.
