"El Ranchito": Un espacio en Lomas de Zamora que lucha por las infancias y juventudes dignas
Melina Alderete
“Las infancias en el barrio son infancias difíciles y que se terminan pronto”, explica Susana, una de las chicas que participa en El Ranchito, un espacio de niñeces y juventudes que forma parte del mítico Transformador de Haedo y que amplía su alcance hacia aquellos lugares en los que, muchas veces, el Estado no llega.
La Ciudad conversó con ella acerca de los inicios de la organización, el territorio y sus necesidades, el Estado y la importancia de unas infancias y juventudes dignas y empoderadas.
¿Qué es El Ranchito? ¿Cómo y cuándo surgió? ¿Qué actividades realizan?
El Ranchito es el centro comunitario que tiene la organización social El Transformador en Lomas de Zamora. El centro, que nació en 2014, está en Ingeniero Budge, a unas cuadras de la estación del km 34, que es una de las paradas del Tren Roca (Haedo-Temperley)
El espacio surge como una idea de un grupo de jóvenes que participaban del Transformador y el deseo de acompañar a las niñeces en su barrio. Comenzamos con clases de apoyo escolar, talleres de murga, arte, fútbol, brindados por estxs jóvenes que se formaron como educadorxs populares.
Luego abarcamos también otras actividades como cine debates, salidas fuera del barrio, y la creación de una cooperativa de trabajo para lxs adultxs que acompañaban a los niños y niñas.
¿Cómo es el anclaje de El Ranchito en el territorio?
Nosotros estamos en el Barrio Néstor Kirchner, un lugar muy recientemente creado que cuenta con algunos servicios básicos, pero otros no. Las condiciones son bastante vulnerables.
Es un barrio que vive mucho de actividades de subsistencia. La mayoría de las personas se dedican al cartoneo, a la albañilería o a ser empleadas domésticas.
Además, los límites del barrio están trazados por cárceles, una central eléctrica, una planta de saneamiento de agua, una tosca conectada al riachuelo, elementos que provocan que el territorio esté contaminado y generan problemas de salud de los vecinos y vecinas.
¿Cómo ven la situación de las infancias en ese contexto? ¿Qué se podría hacer para mejorar sus condiciones de vida y desarrollo?
Lo que sucede con las infancias en este contexto es que se le dedica muy poca atención. El barrio, por ejemplo, no cuenta con escuelas: las más cercanas están por fuera del barrio, la escuela especial más cercana está mucho más lejos. Lo único que se tiene dentro del territorio es El Ranchito y una salita como espacios formalizados.
Hay comedores y merenderos, pero no existen clubes para los chicos y chicas. Muy poco a poco, vienen personas de otros espacios como iglesias u organizaciones sociales para suplir esos espacios y realizar actividades recreativas y lúdicas con acompañamiento de personas adultas.
Las infancias en el barrio son infancias difíciles y que se terminan pronto. Muchxs de lxs jóvenes ya trabajan a sus 16 años o tienen un hijo, situaciones que hacen que quizás no concluyan la escuela y que “la vida” sea un poco antes que para las personas de clases medias.
Nosotrxs intentamos que, a pesar de estas situaciones, El Ranchito siga siendo un espacio de referencia para ellxs y que puedan contar con nuestra ayuda, sobre todo ante la ausencia de espacios estatales. A veces, unx termina siendo el Estado.
¿Cuáles son los planes de El Ranchito para este año?
En el 2022 buscamos fortalecer los talleres que sabemos que no existen en el barrio para brindarles a los pibes y pibas propuestas diferentes. Por ejemplo, empezamos el año con una propuesta de Baile Callejero y la idea es ampliarla y multiplicarla.
También pensamos un Taller de Cine a través del cual buscamos el acceso y uso de la tecnología por parte de lxs jóvenes.
Si la pandemia nos lo permite, queremos retomar las salidas por fuera del barrio, como ir a la playa o de campamento junto con pibes y pibas de otros barrios, un encuentro que empodera y hace que ellxs se sientan acompañadxs y reflejadxs en las experiencias de otrxs.
¿Cómo puede la gente colaborar con el espacio?
Siempre van a ser bienvenidos materiales de construcción y personas que puedan ayudar en el revoque y demás. También aceptamos donaciones de dinero, a través de Mercado Pago, así como también aparatos tecnológicos.
Actualmente, necesitamos un espejo grande para las chicas que participan del taller de Baile Callejero, por ejemplo, así que una donación de ese tipo nos sería muy útil.
Para más información, acceder a las redes sociales de El Transformador o a su página web, donde se publica todo lo relacionado a El Ranchito.