El “Zurdo Almada”, la historia del mejor pateador de penales de La Matanza
Santiago Menu
La fiebre mundialista no se detiene por nada del mundo, sino que continúa presente entre tod@s nosotr@s. El fútbol convoca a multitudes y genera una unión que muy pocas otras actividades desarrollan en los tiempos que corren. Más allá de las leyendas generadas en torno a figuras de la talla de Lionel Messi o Diego Armando Maradona, muchas historias recorren cada uno de los pasillos de las localidades que conforman la zona oeste de la Provincia de Buenos Aires. En esta oportunidad, vale la pena relatar el caso del “zurdo” Almada, considerado por muchos como el mejor pateador surgido en el partido de La Matanza.
En diciembre del 2022, mientras la Selección Argentina se encaminaba a conseguir su tercera Copa del Mundo, este hombre tomó la determinación de colgar los botines a sus 62 años y, de esta manera, se retiró de los torneos de penales que tan famoso lo hicieron en el barrio.
El “zurdo” Almada participaba de esta clase de competiciones por dinero y, con el objetivo de recaudar más, cumplía dos funciones: pateaba y atajaba a la vez. De acuerdo a muchos relatos de personas que disfrutaron de su talento, este personaje puede ser considerado como uno de los mejores en la historia en el universo del amateurismo.
Más allá de que por motivos lógicos no se cuentan con estadísticas certeras a la hora de determinar cuáles son sus tantos o atajadas, a través de un cuaderno y con su gran memoria, contabilizó más de 1400 torneos disputados de los cuales obtuvo el premio mayor en alrededor de 1200. No caben dudas de que era prácticamente imposible de vencer adentro de los potreros.
La despedida del Zurdo Almada se dio en el barrio de González Catán, donde además de mostrar sus habilidades en el punto de penal, pudo compartir un momento de alegría y emoción junto a amig@s y familia. El asado, otra de los rasgos distintivos de este personaje, tampoco se ausentó.
A sus 62 años y luego de marcar un legado fascinante en los torneos por dinero, el mejor pateador de penales de La Matanza le puso el broche de oro a una carrera que lejos está de parecerse a la que atraviesan las grandes figuras del fútbol mundial. Con el potrero como bandera, este hombre es un fiel reflejo de la vida en los barrios que componen al conurbano bonaerense.