Escritorxs del Conurbano: Hoy, Ezequiel Wajncer
Melina Alderete
“No frecuento el mundo literario del conurbano hace muchos años. Me da la sensación de que se arman ‘tribus’ y eso me aburre, para ser honesto”, sentencia Ezequiel Wajncer, escritor oriundo de Paso del Rey, Moreno, que supo dedicarse a la poesía, pero actualmente incursiona en el terreno de los relatos breves desde hace tiempo.
La Ciudad conversó con el escritor acerca de sus primeros relatos en la infancia, su primer acercamiento a la literatura como lector, el mundo de escritorxs del conurbano, sus trabajos e influencias.
¿Cuándo empezaste a escribir? ¿Cómo fue ese inicio de relación con el mundo de la escritura?
Comencé a escribir a los 9 años cuando una maestra nos dio la tarea, a mí y a mis compañeros y compañeras, de escribir un cuento donde los protagonistas seamos nosotros mismos. El día de la entrega de los relatos, en el recreo anterior, nos leímos las historias entre nosotros e hicimos un pacto: todos los martes en el recreo debíamos llevar para leernos nuevas historias con nosotros como personajes centrales. Con el correr de las semanas, fui el único que llevaba esos cuentos. Años después, los recopilé en una edición casera: El libro de las historias I y II.
¿Cuál fue el primer libro que recordás haber leído? ¿Qué impresiones te llevas de ese primer encuentro?
El primer libro que recuerdo haber leído es una versión adaptada para niños de “David Copperfield”, de Charles Dickens. Me impactó profundamente la posibilidad de poder “vivenciar” experiencias que no eran de mi vida “real”, pero que, sin embargo, me atravesaban de una particular manera.
¿A quiénes consideras tus “referentes” en lo literario? ¿Cuáles son tus influencias?
Mis referentes e influencias en lo literario son profusos y variados: Julio Cortázar, Jorge Boccanera, Juan Gelman, Fedor Dostoievsky, Gabriel García Márquez, Paul Auster, Agota Kristoff, Laura Restrepo, Pablo De Santis. Aunque prefiero hablar más que de influencias, de “imantaciones”.
“No publiques todo enseguida ni lo des a conocer prematuramente, podés arrepentirte. Hay una frase de Abelardo Castillo que me encanta y dice más o menos así: ‘No publiques todas las estupideces que escribiste en tu vida. Tu viuda se encargará de ello’.”
Ezequiel Wajncer acerca de un consejo para lxs escritorxs emergentes.
¿Cómo llegaste a la poesía y al microrrelato?
Si bien ya no escribo poesía, ésta apareció cuando yo tenía unos 16 años, y quise escribir canciones de grunge (en esa época Nirvana, Pearl Jam, Stone Temple Pilots ocupaban gran parte de mi educación sentimental).
Luego, cuando terminé la secundaria, me anoté en un taller literario a cargo de Eduardo Espósito, quien tiempo después se convertiría en un hermano de la vida, y allí conocí a los surrealistas, Mario Trejo, Gianuzzi, El Diario de Poesía, La Guacha… en fin, un universo nuevo.
En cuanto al relato breve, a él llegué luego de una temporada de aridez creativa. Yo ya había publicado mi primer libro de poemas, y no se me ocurría nada para escribir. Hasta que, en una librería de viejo de Merlo, hallé La Sueñera (o ese libro me encontró a mí), de Ana María Shua. Descubrí un mundo literario nuevo, preñado de posibilidades artísticas en las que yo no había reparado jamás. Y ese libro de microrrelatos me llevó a otro, y a otro, y a otro… y así.
¿Qué pensas del ambiente literario del conurbano? ¿Crees que, en el mercado editorial, lxs escritorxs del conurbano están ganando terreno?
No tengo mucho para decir sobre el ambiente literario del conurbano, ya que hace muchísimos años que no lo frecuento. Me da la sensación que se arman “tribus” literarias y eso me aburre, para ser honesto.
De tu propio material, ¿cuáles son tus escritos favoritos y por qué? ¿Cuál es tu último trabajo?
Mi último trabajo impreso es “Antes de la tristeza”, un librito de relatos breves, de 2016. No tengo escritos propios favoritos, vayan a leer a Raúl Brasca, a Eugenio Mandrini, a Luisa Valenzuela, son mucho mejores que yo.
¿Qué consejo le darías a unx escritorx del conurbano que quiere comenzar a publicar sus escritos?
El consejo que le daría a unx escritorx del conurbano, y al de cualquier parte del globo, es lean, escriban y corrijan mucho. No publiques todo enseguida ni lo des a conocer prematuramente, podés arrepentirte. Hay una frase de Abelardo Castillo que me encanta y dice más o menos así: “No publiques todas las estupideces que escribiste en tu vida. Tu viuda se encargará de ello“.