Escritorxs del Conurbano: Hoy, Nadia Sol Caramella
Melina Alderete
“En cada poemario indago nuevas ideas y formas de comprender quién soy y lo que me rodea, incluso cuando no hablo de mi”, sostiene Nadia Sol Caramella, escritora y gestora cultural oriunda de Hurlingham que, desde muy temprana edad, incursionó en la poesía y en otras maneras de escaparse de lo efímero.
Desde hace trece años, Caramella lleva adelante el espacio Escrituras Indie, un medio alternativo para la libre difusión de literatura y arte independiente y pensado para que escritorxs y artistas compartan y difundan su trabajo.
La Ciudad conversó con Nadia Sol Caramella acerca de sus inicios en la literatura, la poesía como espacio de militancia, el feminismo y el mercado, y la próxima edición internacional de su poemario “Técnicas de supervivencia” (2020)
¿Cómo es tu relación con Hurlingham? ¿Cuándo empezaste a escribir? ¿Cómo fue ese inicio de relación con el mundo de la escritura?
Nací y vivo en la localidad de Hurlingham, la verdad me gusta mucho vivir en el conurbano, aunque tuve la suerte de viajar y conocer otros países el conur me sigue gustando. No viviría en capital, por ejemplo, pero si en otro país, en otro conurbano.
Mi relación con la escritura empezó una tarde de lluvia. Mi mamá planchaba la ropa, recuerdo que había olor a torta frita, esa costumbre del conur: Llueve y alguien amasa tortas fritas. La escena era preciosa porque hacía mucho frío, mi vieja llevaba un saco azul eléctrico y planchaba delante de la ventana. Yo la podía ver a contraluz, el vapor dibujaba formas y los bordes del saco contenían a mi mamá entre las luces grises de la tarde, el ruido de la lluvia y la tibieza de la ropa recién planchada.
Sentí un impulso por retener esa imagen y la escribí, tenía unos 7 u 8 años. El resto de mi obra es la reescritura de ese primer poema, que sigo escribiendo una y otra vez hasta encontrar la mejor forma de retratar a una mujer frente a la precariedad de la vida, los vínculos, la lluvia, el hogar, el amor, la infancia. Así empezó mi amor por la escritura, por el deseo de hacer perdurar ese chispazo de las cosas únicas.
¿Cuál fue el primer libro que leíste? ¿Qué impresiones te llevaste de ese primer encuentro con lo literario?
El primer libro que leí no lo recuerdo con exactitud, pero sí recuerdo el primer libro de mi infancia que me impactó. “Anita y los tres osos”, ¡Dios ese libro! Me regaló la posibilidad de pensar un mundo otro, fuera del hogar, el hecho de escaparse a la aventura y espiar la felicidad ajena… Siempre fui muy curiosa, ese libro me encantó y me abrió la puerta y las ventanas a otra cosa. Al final, ser escritor es ser un poco voyeur.
Y ahora que sé el verdadero final del libro (los osos se comen a Anita), me parece mucho más increíble. Hay un ápice de crueldad, arrojo y salvajismo en la infancia que es tan perfecto. Me da gracia que los adultos quieran domesticar a lxs niñxs con historias con finales terribles como ese. Creo que, por suerte, eso ya pasó de moda.
¿A quiénes consideras tus “referentes” en lo literario? ¿Cuáles son tus influencias?
En lo literario, mis referentes son mis amigas y las amigas que no conozco pero que aprendí a conocer y a adorar por su escritura como Molloy, Dickinson, Nothomb, Pizarnik, Petrossian, Enriquez, Nin, Ajmátova, Storni, Szymborska, Vinderman, entre otras.
Supongo que mis influencias tienen más que ver con las cosas que vivo y con las lecturas que voy transitando, dependiendo el momento de la escritura. Leo según el deseo que me atraviesa. A veces leo para saciar alguna obsesión temática referida a mi propia escritura, otras es por una cuestión técnica, de formas que me interesa explorar en mi poesía. La lectura es una gran maestra. En otras ocasiones, leo porque está bueno.
¿Cómo ves el ambiente literario (del conurbano y en general) para las mujeres escritoras y para las disidencias?
Creo que después de mucho insistir, el panorama parece más esperanzador. Sin embargo, terminamos siendo el cupo de género o la cuota de lo “diferente” en las grillas, una obligación de corrección política más que una decisión pensada.
No veo un cambio real en quienes tienen los hilos de la cultura. Siguen ocupando espacios de importancia personas blancas, de clases altas, de capital y si te invitan a algo es para decir “Mirá, incluimos mujeres, disidencias, gente del conur y de provincia”. Sería interesante que nos moviera otra cosa. A veces te invitan a eventos sobre arte del conur y, cuando vas, ningunx de sus organizadorxs vivió o conoce los barrios del conur.
No digo que obligatoriamente para hacer algo tenemos que ser de tal lado o de tal minoría, simplemente que si ocupamos espacios de poder o visibilidad abramos el juego, de manera crítica. Ahí surgen cambios y nuevas formas de pensarnos en comunidad.
¿Cómo ves la confluencia entre la bisexualidad, la militancia, la política y la poesía en tu obra?
“Lo personal es político”, ya lo vienen diciendo otras generaciones feministas. En la poesía confluye todo lo que soy, ahí está mi militancia. Audre Lorde dice que para las mujeres y las disidencias la poesía es una necesidad vital, una herramienta de conocimiento. “La poesía no es un lujo” es un ensayo de cabecera para mí.
Yo pienso a través de la poesía. En cada poemario indago nuevas ideas y formas de comprender quién soy y lo que me rodea, incluso cuando no hablo de mi. Es la manera que encontré. Mi activismo está en mi poesía y en mi manera de producir arte como gestora cultural, en la curaduría, en la forma de pensar los espacios colectivos, las afinidades. Desde que arranqué con Escrituras Indie, hace 13 años, elijo moverme con otras lógicas, más alternativas, con aciertos y errores por supuesto, hacer tiene eso.
¿Cuál es tu opinión acerca del pinkwashing?
Cuando no se parte de un cambio profundo, las lavadas de cara son notorias y, al final, no benefician a nadie. Pero lo provechoso es que, el hecho de que tengan que hacerlo, significa que estamos en tendencia. Lo malo de las tendencias es que pasan como pasan las cosas de moda. Entonces, tenemos que tomarnos el trabajo de seguir mostrando los hilos detrás de las cosas, ser críticxs y hablar, sino seguimos sosteniendo figuras de cartón pintado. Eso confunde y empantana lo importante, la necesidad de una sociedad más igualitaria y justa para todxs.
¿Cómo opera la edición considerada “independiente” en el ámbito de la poesía conurbana?
Cada editorx tiene su lógica o visiones de la edición, pero sé que hay muchas editoriales independientes en el conurbano que dan visibilidad a autores de diferentes localidades de la provincia de Buenos Aires. Cada vez somos más y está buenísimo porque democratiza el mercado editorial, aunque sea a pequeña escala, es una posibilidad más, que antes no estaba.
De tu propio material, ¿cuáles son tus escritos favoritos y por qué? ¿Cuál es tu último trabajo? ¿Y el próximo?
Mis textos favoritos son los que todavía no escribí, esos son los que más me entusiasman.
Lo último que escribí es una nouvelle, ya la terminé pero tengo muchas ganas de trabajarla en clínica de obra o con mi futurx editorx. Vamos a ver cómo se dan esas cosas, por ahora me falta una propuesta editorial y tiempo.
En breve saldrá una versión mexicana de Técnicas de supervivencia, mi primer libro de poemas, que se editó acá en 2020 y en España en 2021. Estoy contenta porque es una editorial pequeña de Guanajuato, que viene sosteniendo un trabajo de difusión muy interesante.
¿Qué consejo le darías a unx escritorx del conurbano que quiere comenzar a publicar sus escritos?
Que no se apuren, que muestren sus textos, que tengan blogs, instagram, etc pero no hace falta editar ya. Los libros, aunque son hermosos, están sobrevalorados y además no son la única manera de editar, también existen los fanzines.
El camino de un escritor se construye con tiempo, esfuerzo y paciencia, creando lazos con otrxs autorxs, conociendo lectorxs, generando recuerdos en torno a la literatura y las personas que comparten el mismo deseo. Pero, si necesitas hacerlo porque es una urgencia que trasciende, es tu momento, hacelo, encontrá una editorial afín a tu obra y a tus ideas. Y, si no, hacelo vos mismx.
Créditos de fotografía de portada: Marla Zakai