“Friends”, la historia del legendario videoclub de Caseros
Los videoclubes formaron parte de la vida de la sociedad argentina en la década de los 90. Era sumamente habitual que las personas concurran a estos espacios para alquilar películas en VHS y disfrutarlas en familia en sus respectivos hogares. Con la llegada del siglo XXI y, fundamentalmente de las innumerables plataformas de contenidos, esta tradición comenzó a ser obsoleta, por lo que muchos comercios se vieron en la necesidad de cerrar sus puertas para siempre o reformular su negocio. Este fue el caso de “Friends”, un emblemático espacio de renta de films ubicado en la localidad de Caseros que tuvo que dedicarse a otro rubro hace casi una década. Desde Diario La Ciudad, relataremos algunos detalles de este negocio fabuloso.
Todo comenzó para “Friends” el 8 de marzo de 1990, cuando Jorge Bravo y cuatro amigos decidieron apostar por este emprendimiento ubicado sobre la calle Juan Manuel de Rosas al 3342. En un principio, tenían tan solo 80 películas ofrecidas, aunque con el paso del tiempo creció.
De acuerdo a su opinión, la llegada de los famosos DVD generaron ventas nunca antes vistas para los videoclub. Más allá de la existencia de locales que ofrecían películas de manera ilegal, estos comercios se ganaron la popularidad de miles de personas. Desde grandes producciones de Hollywood, hasta films independientes, se podían encontrar en “Friends”. Asimismo, tenía pochoclos para que l@s vecin@s de Tres de Febrero se sienten en su casa como si estuvieran en un cine.
Todo comenzó complicarse para este comercio en 2014, fundamentalmente con la llegada de Netflix. A partir de la baja del consumo que tuvo por aquel entonces, Jorge se vio en la necesidad de repensar el tipo de negocio a llevar adelante. Fue así que lo transformó en un maxikiosco.
Más allá de esta drástica modificación, el nombre de “Friends” se mantuvo. Miles de vecin@s se acercan a este lugar y rememoran algún recuerdo que permanece en lo más profundo de su corazón. Los tiempos pasan y las costumbres parecen modificarse. Mientras en la actualidad millones de personas acceden a infinitos contenidos audiovisuales a través de las plataformas, otr@s tant@s se ven en la necesidad de reformular su trabajo y acomodarlo al momento histórico en el que estamos. Solo en el futuro conoceremos cuál será el destino de las películas y series.
