Italar, la fábrica textil de Hurlingham que fue crucial para el crecimiento de la ciudad
Santiago Menu
La provincia de Buenos Aires tiene una larga historia en materia industrial. En el pasado, buena parte de las localidades que componen la zona oeste estaban compuestas de fábricas que realizaban producciones a gran escala, destinadas a ser distribuidas a lo largo y ancho de todo el país. En el municipio de Hurlingham, más precisamente en el barrio de Villa Tesei, se ubicaba Italar, una empresa textil que fue crucial a la hora de pensar en la expansión demográfica de la ciudad. Más allá que desde hace mucho tiempo que ya no está en funcionamiento luego de haberle vendido sus instalaciones a una cadena de supermercados, vale la pena volver a contar alguna de sus particularidades.
En primer lugar, es importante mencionar que entre las décadas del 30 y el 40, el conurbano bonaerense ofrecía un sinfín de facilidades que hacía posible la instalación de la industria: un espacio disponible y a bajo precio para el desarrollo de maquinarias y una muy buena conexión tanto con la Ciudad de Buenos Aires como así también del puerto. Todas estas razones explican esta explosión.
Industria Textil Algodonera Argentina, más conocida como Italar, fue fundada en 1935 y se dedicaba casi por exclusividad a la hilandería y tejeduría. Entre los productos que ofrecían al público, se destacaba por sobre todas las cosas la producción de sábanas y mantelería, debido a su maravillosa calidad. Por aquel entonces, contaba con ocho unidades de producción distribuidas al interior del predio.
Durante muchos años, Italar llegó a albergar en sus instalaciones a más de 2.000 emplead@s. Es por esta razón que promovió el desarrollo de la escuela 41 en el barrio y un club social y deportivo, lugar en el cual se encuentra actualmente el Centro Cultural “Leopoldo Marechal”. Todas estas acciones posibilitaron que el partido crezca demográficamente en función de las necesidades de la industria.
Con la llegada de la dictadura cívico militar a la Argentina, Italar empezó a presentar problemas económicos, hasta que cerró sus puertas para siempre en 1993. La fábrica fue demolida casi en su totalidad para la construcción de uno de los Carrefour más importantes en la zona oeste.
Al día de la fecha, much@s trabajador@s que pasaron por esta fábrica insignia del municipio de Hurlingham continúan con el reclamo por indemnizaciones y sueldos atrasados. No caben dudas de que Italar es el fiel ejemplo de una Argentina pasada.