José Alberto Michenzi, la historia de uno de los escultores de Ituzaingó
Santiago Menu
Cada uno de los barrios que componen el conurbano bonaerense tienen, entre sus personajes destacados, grandes artistas que se han vuelto famosos a partir de obras que forman parte de la memoria colectiva popular. En el municipio de Ituzaingó, sin lugar a dudas, el nombre de José Alberto Michenzi recorre por completo cada una de las calles del partido, por lo que su historia merece ser contada. Este hombre, que supo conquistar los corazones de miles de personas a partir de trabajos fascinantes, es un ejemplo claro y concreto del fabuloso talento que brota por las calles de la zona oeste de la provincia de Buenos Aires y que parecería trasmitirse de generación en generación.
Más allá de haber nacido en la Capital Federal, el artista transcurrió su adultez en esta localidad. De padre artesano, comenzó a probar suerte con la escultura cuando tan solo era un niño a través de dibujos y pequeñas construcciones manuales que solidificaron por completo esta pasión.
Fue en 1981 cuando José Alberto se instaló en Ituzaingó y la adoptóa como su segunda casa. Junto a su padrino Pedro Campos, inauguraron un taller de escultura que se mantiene de pie hasta la actualidad. En tiempos en los cuales contaban con muchos trabajos, llegaron a emplear hasta nueve personas para que lo ayuden con sus tareas.
Entre los trabajos realizados a lo largo de sus años como escultor, se destacan los bustos de Juan Domingo Perón, Juan Manuel de Rosas, Eva Duarte de Perón, entre otros próceres de la patria que fueron colocados en diferentes espacios emblemáticos. A su vez, el Club Atlético Velez Sarsfield le encargó la realización de un escudo que posteriormente fue colocada en la entrada de su sede social.
De acuerdo a su opinión, el trabajo como escultor no conoce ni de horarios ni tampoco de fines de semana. A pesar de esta situación, José Alberto Michenzi sabe a la perfección que lo hace con placer ya que afortunadamente puede vivir de una de sus grandes pasiones.
Actualmente, buena parte de sus trabajos los desarrolla en compañía de sus hijos, por lo que espera trasmitir sus conocimientos de generación en generación. En un mundo completamente digital, los trabajos artesanos comienzan a extinguirse. No obstante, el escultor de Ituzaingó promete mantener viva esta tradición e impactar a cada vez más espectadores con proyectos fascinantes.