La Bombonera o el Monumental en tamaño miniatura: el increíble proyecto de un vecino de Hurlingham
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Millones de personas esperan cada fin de semana para acercarse hasta el estadio de su club para alentar en las tribunas al equipo de sus amores. En la Argentina, las canchas de fútbol son espacios con una significación mucho mayor a la de tan solo la práctica de un deporte popular: son espacios de encuentro con otras personas con las que comparten sentimientos de identidad y de pasión. En este contexto, un vecino de Hurlingham tomó la determinación de copiar campos famosos en el país para que cada un@ de l@s fanáticos los pueda colocar en su casa. Esta historia que comenzó en la época de pandemia merece ser contada.
Ezequiel Di Fulvio, un hombre de 37 años que reside en la localidad de William Morris, solía vender artesanías en diferentes ferias antes de la llegada del Covid-19 al mundo. Con la restricción obligatoria, se vio en la necesidad de reinventarse y para ello pensó en el fútbol como una opción válida.
En la parte delantera de su casa, creó un taller pequeño en el cual expone su talento. Todo comenzó con un pedido de un amigo hincha de Racing Club de Avellaneda y, luego de este trabajo, los trabajos se masificaron por completo. Él no tiene problemas en replicar cualquier tipo de estadio.
Hasta el momento, lleva desarrollados alrededor de 400 maquetas de estadios de fútbol tales como el Monumental, la Bombonera, el Libertadores de América, el Nuevo Gasómetro, aunque también acepta trabajos de instituciones más pequeñas como Tigre. La perfección de sus maquetas son una de sus principales características, a tal punto de llevarlo a una gran popularidad.
Cada uno de sus trabajos son realizados con madera, pintados con aérografos y otra clase de insumos que le permiten tener una precisión enorme. A su vez, tiene la posibilidad de utilizar en muchas ocasiones tiras de luz LED para iluminar sus estadios si es que sus clientes así lo desean de antemano
Muchas de las canchas elaboradas por este vecino de Hurlingham ya llegaron hasta Costa Rica o Bolivia, aunque sueña con que puedan ser exportadas a otros países de Latinoamérica y Europa. Lo que comenzó como un pasatiempo se transformó en un trabajo consolidado por Ezequiel Di Fulvio, quien le ofrece a un sinfín de fanáticos del fútbol la posibilidad de tener una réplica del campo de su equipo en su comedor, en su cocina o en su mesita de luz.