La historia de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, una de las grandes joyas arquitectónicas de Las Matanza
Santiago Menu
A lo largo de la historia, la iglesia se ha transformado en un lugar de referencia para las sociedades. Ya sean en los tradicionales domingos de misa, como así también en un bautismo o comunión, esta institución aún congrega a un sinfín de personas, fundamentalmente al interior de los barrios. El conurbano bonaerense presenta una gran cantidad de espacios que guardan una historia fascinante y uno de ellos es la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, ubicado en Ramos Mejía, partido de La Matanza. A 120 años de su fundación, resulta interesante conocer algunos detalles de una obra que, sin lugar a dudas, cambió para siempre la dinámica de la localidad.
Todo comenzó en el año 1900, luego de que Adolfo Labougle, uno de los vecinos más reconocidos por aquel entonces de la zona, creo una comisión con el objetivo claro de formar una iglesia en una ciudad que todavía se encontraba en pleno proceso de urbanización.
Luego de muchos años de trabajo constante, el 14 de Febrero de 1903 se la nombró a esta parroquia como Nuestra Señora Del Carmen y se celebró la primera misa. Esta institución está construida en terrenos donados y su diseñador fue el reconocido arquitecto francés Eduardo LeMonnier. Este mismo hombre se encargó de rediseñar otras tantas iglesias en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires, como por ejemplo la que se puede encontrar en el barrio de Haedo y otros edificios de renombre al interior de la Ciudad de Buenos Aires.
De acuerdo a algunos especialistas en la materia, su estilo corresponde al neogótico, muy utilizado por aquella época en edificios religiosos. A través de una escalinata se accede a un espacio llamado nártex, ubicado justo anteriormente al templo. La presencia de dos vitreaux iluminados al interior es una de las grandes particularidades con las que cuenta esta parroquia.
No caben dudas de que estos espacios, además de aglutinar a miles de personas, conservan un enorme espíritu por lo comunitario. Es allí en donde l@s vecin@s del conurbano asisten para relacionarse con sus pares o simplemente para reflexionar sobre su vida personal. Las paredes de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen guardan en su interior historias maravillosas que serán trasmitidas de generación en generación.