La historia del Club Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó

La historia del Club Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó
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El Club Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó (GEI) es una de las instituciones más emblemáticas del distrito, con una historia que combina deporte, cultura y comunidad. Su origen se remonta al 20 de junio de 1925, cuando un grupo de amigos decidió fundar un espacio que promoviera el desarrollo social, cultural y deportivo en una localidad que por entonces comenzaba a consolidarse como comunidad.


Aquella primera Comisión Directiva estuvo presidida por Jorge Passo, acompañado por Julio Benvenuto como vicepresidente, Raúl Ventura como secretario y José Guercio como prosecretario. La sede inicial funcionó provisoriamente en la casa de la familia Passo. Sin embargo, los primeros años fueron difíciles: los cambios de sede y la falta de recursos impidieron concretar los objetivos fundacionales.


Todo cambiaría en 1928, cuando el vecino Juan Bautista Gentile, maestro mayor de obras, ofreció construir instalaciones para el club en un terreno de su propiedad ubicado sobre avenida Rivadavia, entre las actuales Mariano Acosta y Los Pozos. A cambio, el club pagaría un modesto alquiler mensual. Gracias a esa propuesta, se levantó un edificio con salón de fiestas, buffet, secretaría, entrepiso para juegos y una cancha de pelota a paleta descubierta.

El 9 de febrero de 1929 se inauguró oficialmente el nuevo local, marcando el inicio de la segunda etapa del club. La Comisión Directiva de entonces impulsó la creación de subcomisiones para organizar actividades sociales, culturales y deportivas: ajedrez, bochas, pelota a paleta y esgrima, una disciplina poco común en la zona.


En 1931, la elección del doctor Idélico Gelpi como presidente representó un punto de inflexión.
Gelpi, médico de gran reconocimiento y profundo compromiso comunitario, imprimió un nuevo impulso institucional. Bajo su liderazgo, el club amplió su propuesta cultural y deportiva, formó una comisión de prensa y editó un boletín informativo que, en 1934, comenzó a difundir el sueño de contar con una sede propia.


Ese sueño se concretó el 20 de agosto de 1935, cuando el club adquirió la propiedad de Lavalle 1251, una finca de 4.500 m² perteneciente a la familia Muller. El 13 de octubre de 1935 se realizó un almuerzo criollo para celebrar la toma de posesión de la sede. Aquel día, la suerte también acompañó al club: un billete de lotería donado por Gelpi resultó premiado con 25 mil pesos, dinero que permitió continuar las obras y ampliar las instalaciones.


Desde entonces, el Club Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó creció sostenidamente, consolidándose como un espacio de encuentro para generaciones de ituzainguenses. Su historia es la de una institución forjada con esfuerzo, pasión y sentido de comunidad, que sigue siendo, a cien años de su fundación, un símbolo de identidad y pertenencia para toda la ciudad.

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