“Los chicos de la peatonal”, los hermanos que pagan sus estudios con música callejera en San Justo
Santiago Menu
El talento brota de las calles al interior de la zona oeste de la provincia de Buenos Aires. Es usual en el conurbano bonaerense observar la presencia de grandes músicos callejeros que se ganan la vida con la interpretación de canciones en diferentes espacios públicos. Este es el caso de Agustín y Tomás Ojeda, dos hermanos que tomaron la decisión de mostrarse al público en la peatonal Arieta, en San Justo y, de esta manera, pagar sus estudios. Su gran objetivo triunfar en los escenarios más importantes, aunque saben a la perfección que necesitan de los ingresos necesarios para poder formarse previamente. Su historia conmovió a miles de personas.
Desde que tan solo eran unos niños, la música estuvo presente en la vida de los Ojeda. Tomás se destacó en el violín y Agustín en la guitarra. Las clases de música formaron parte de su día a día, aunque tras la secundaria su familia comenzó a tener problemas para poder afrontar los gastos que implicaban esta actividad.
En 2017 y con el deseo intacto de poder pagar sus estudios al interior del Conservatorio de Morón Alberto Ginastera, tomaron la determinación de acercarse hasta la peatonal más importante de La Matanza a probar suerte. Las personas que pasaron por este lugar quedaron maravilladas por el talento de los jóvenes.
“De repente, la gente se paró delante nuestro haciendo un semicírculo y mientras aplaudían pedían más y más canciones. Les gustaba vernos y nos ponían dinero en la bolsita improvisada que habíamos puesto en el suelo. No lo podíamos creer, y aunque los nervios nos impedían ver a los ojos a nuestro primer público, estuvimos allí tocando durante dos horas, sin parar”, señalaron los hermanos.
A más de cinco años de haber comenzado con esta aventura, los hermanos Ojeda se mantienen en el mismo lugar, todos los días de 11 a 14 hs. Es tanta la repercusión que generan que l@s vecin@s de La Matanza los han contratado para que desplieguen su talento en eventos tales como fiestas de 15 años, bautismos, casamientos, cumpleaños y presentaciones folklóricas.
De acuerdo a su opinión, hay momentos en los cuales el dinero alcanza y otros no. El trabajo callejero no es nada fácil, aunque ellos se mantienen en Arieta independientemente del frio o del calor. Su gran sueño está más presente que nunca y lucharán por poder cumplirlo. Sin lugar a dudas, la comunidad los acompañará a toda costa.