Medias Ciudadela, la historia de la fábrica de Tres de Febrero que se gestó en medio de la Segunda Guerra Mundial
Santiago Menu
En Europa, durante el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, la familia Abraham se encontraba en medio de un caos pocas veces experimentado: mientras que los hijos varones de esta dinastía se dividían para realizar tareas impuestas por el régimen nazi, las mujeres se dedicaban a la venta de medias, cuyos clientes habituales eran los soldados rumanos. Cansados de esta situación y con el miedo que generan estos conflictos bélicos, Francisco Abraham y su esposa Magdalena Spitzer decidieron trasladarse rumbo a Buenos Aires con el claro objetivo de continuar con este proyecto de soquetes, aunque en un contexto de mayor prosperidad. Fue en Ciudadela donde encontraron el lugar ideal para que su empresa crezca.
Pese a que en sus inicios comenzaron con la fabricación en un pequeño departamento ubicado en la zona de Flores, tiempo más tarde se trasladaron a un galpón ubicado en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires para aumentar su producción. En 1949, comenzó su actividad en el conurbano.
Durante la década del 50, esta compañía contaba con una importante dotación de personal (much@s que escapaban de la Segunda Guerra Mundial), en la que incluía a alrededor de ochenta mujeres encargadas de trabajar en largas mesas de madera las medias que llegaban teñidas de la tintorería.
Como si esto fuera poco, la familia Abraham fue una de las impulsoras de los soquetes de medio punto, que posibilitó la oferta de productos más ajustadas que se adaptan a los diferentes tamaños de pies. Estos productos fueron conocido como medias Tom y tuvieron un enorme impacto por aquellos años. A su vez, durante el transcurso de la Copa del Mundo 1978 desarrollada en nuestro país, esta empresa familiar comenzó con la producción especializada para futbolistas profesionales. Más allá de haber firmado contratos importantes con la AFA y con Boca Juniors, nunca pudieron imponerse en este mercado.
Pese al paso del tiempo y la llegada de nuevas compañías que difucultaron el mercado, las medias Ciudadela se mantienen en pie y buscan nuevas fórmulas para acaparar a más client@s. La familia Abraham ha dedicado esfuerzo y mucho trabajo para que esta empresa surfee las crisis y, hoy en día, recogen los frutos.