Procesan por abuso sexual al intendente de La Matanza
Micaela Minelli
La denuncia se registró en el año 2021, la realizó su secretaria que había ingresado a trabajar un mes antes de los hechos. El intendente Fernando Espinoza rechazó los cargos de “abuso sexual simple” y “desobediencia” pero no fueron tomados como válidos ya que la jueza a cargo de la causa valoró un informe “del que se desprende concretamente que, a partir de la información brindada por las antenas telefónicas, el imputado estuvo en la zona del domicilio de la víctima en la franja horaria aproximada denunciada por ella”.
En el ámbito de la política, no importa el estrato, son comunes las situaciones de abuso de poder por parte de muchos hombres “importantes”, al punto de que en la Ley 26.485 de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, está incluida la violencia política como uno de los obstáculos que impiden la plena participación y el ejercicio de los derechos políticos de mujeres y diversidades.
Hoy en La Matanza reina el silencio, muches creen que esta situación no va a afectar la figura del intendente y líder político de uno de los municipios más importantes de la provincia de Buenos Aires. De hecho, al otro día de conocerse la medida que tomó la jueza María Galletti, se lo vio a Espinoza en un acto con el gobernador Axel Kicillof, lo que le valió muchas críticas dentro y fuera del oficialismo de la provincia.
“Para muchas de nosotras, como militantes, estos crímenes, estos ataques o estas situaciones tienen que ver con la condensación de poder de los varones en las estructuras partidarias gemela a las estructuras empresariales o a otras estructuras de poder. Mucho tiempo se naturalizó que el varón jefe, el varón patrón podía hacer con nuestras vidas y nuestros cuerpos lo que le pareciera, lo que quisiera e incluso eso no podía ser cuestionado.” dice una militante territorial de varios puntos de la provincia de Buenos Aires incluido La Matanza, quien prefirió resguardar su identidad por cuestiones laborales: “Yo ya he vivido la persecución por ser parte de estas de estas demandas” aclara.
Las estructuras de poder patriarcal nos ubican muchas veces a las mujeres, en una situación de vulnerabilidad no sólo ante hechos de violencia directa, sino también a ser presionadas, a resguardar ciertas opiniones o informaciones que incomodan y revelan prácticas abusivas por parte de muchos varones que ocupan lugares de poder, y que podrían poner en juego desde lo laboral hasta lo personal.
“El intendente es conocido por tener muchas de estas conductas que se manifiestan en la denuncia. A mucha militante de La Matanza no le asombra que esté señalado u observado el intendente por estas conductas, más bien lo que asombra es que salga la luz esta denuncia, porque avanzó el proceso judicial y no salen a la luz otras prácticas de otros líderes políticos o de otros jefes empresariales.”
Más allá de la causa particular de Espinoza, las lógicas patriarcales se repiten en casi todos los ámbitos laborales y de militancia. Muchas áreas de género de partidos políticos y organizaciones empezaron a desarrollar protocolos de actuación antes casos de violencia de género en los espacios. Algunos de los principales obstáculos para la implementación de estos protocolos son el silencio y la complicidad de los compañeros, la falta de credibilidad a las víctimas, y los estereotipos instalados.
“Creo que es importante no olvidar el 2017 como ese punto importante que tuvo una ola de denuncias, escraches en las redes sociales, pero que también movilizó nuestros espacios de participación comunitaria con la denuncia de lo que fuesen violencias múltiples sobre nuestras vidas. Creo que destapó una olla a presión de un linaje muy largo de de violencias y opresiones. Fueron muchos los espacios que empezaron a armar protocolos específicamente de actuación para canalizar muchas situaciones que se denunciaban y que aparecían y requerían de algún abordaje.” analiza Flora Viola, Abogada Feminista y Responsable Nacional del espacio Géneros y Disidencias de Nuevo Encuentro.
“Son aún muchos los debates que nos debemos en relación a lo que nos funcionó y a lo que no funcionó. Las lógicas de la política tradicional están pensadas en los parámetros del varón blanco heterosexual de clase media donde las tareas de cuidado no tienen un protagonismo central donde los roles de género, se siguen reproduciendo por estereotipos bien marcados.” reflexiona Flora.
La provincia de Buenos Aires es una de las pocas que tiene una Ley específica sobre violencia laboral. La Ley 13. 168 que en su artículo 6 establece que “Se entiende por acoso en el trabajo, a la acción persistente y reiterada de incomodar al trabajador o trabajadora, manifestada en comportamientos, palabras, actos, gestos y escritos que puedan atentar contra la personalidad, la dignidad o la integridad física o psíquica del individuo, o que puedan poner en peligro su empleo o degradar el clima de trabajo…”
La Ley aclara además que “se entiende por violencia laboral el accionar de los funcionarios y/o empleados públicos que valiéndose de su posición jerárquica o de circunstancias vinculadas con su función incurran en conductas que atenten contra la dignidad, integridad física, sexual, psicológica y/o social del trabajador o trabajadora, manifestando un abuso de poder llevado a cabo mediante amenaza, intimidación, amedrentamiento, inequidad salarial, acoso, maltrato físico, psicológico y/o social.”
En palabras de una militante Matancera: “Esto no se resuelve con la condena social al intendente, sino con la condena social a estas prácticas. Los procesos judiciales existen, hay que llevarlos adelante con todos los elementos que se tienen y hay que acompañar. Las prácticas de los varones del poder tienen que ser condenadas, tienen que ser cuestionadas en el orden social, no sólo en términos de este hombre, sino de muchísimos hombres que han naturalizado que por ser jefes o patrones tienen derecho sobre nosotras.”