Que fue el "El Rodrigazo" un plan de ajuste y de shock que ya vivió la Argentina
Diario La Ciudad
El programa -que pasó a la historia como el “Rodrigazo”- estaba basado en una política de shock que implicaba: una fuerte devaluación del peso del 100%, un aumento similar de las tarifas de servicios públicos y combustibles, y un tope a los aumentos salariales en las negociaciones paritarias de las empresas con los sindicatos, según explicaron el economista Raúl Dellatore y el historiador Néstor Restivo en el libro El Rodrigazo.
El año del plan , el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se disparó al 335% de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), mientras que en 1974 había cerrado con un aumento del 40%.
EL dólar aumentó un 100%; la nafta 175%; electricidad 75% y otras tarifas en igual, o mayor, medida. Las góndolas de los supermercados quedaron vacías debido al acaparamiento de los productos. “Si no hiciéramos esto -dijo Rodrigo- la mejor industria del país sería la importación de máquinas para fabricar papel moneda. Mañana me matan o mañana empezamos a hacer las cosas bien”.
Carlos Leyba, ex subsecretario de Economía durante la tercera presidencia de Juan Domingo Perón (1973-1974), planteó a este medio que “el plan económico de Rodrigo apuntó a poner en marcha una transformación estructural destinada a instalar una economía y una sociedad autorreguladas por el mercado. Es decir, el final de las políticas activas y de la estrategia de desarrollo (que había implementado Perón)”.
Dellatorre y Restivo señalaron que “Rodrigo anunció un incrementó promedio del 100% del tipo de cambio y de las tarifas de los servicios públicos, y el impacto en toda la cadena de precios fue automático. El dólar paralelo ya cotizaba arriba de los $ 40, y el aumento del dólar oficial respecto del peso, con cotizaciones desdobladas en distintos tipos -dólar financiero, turístico y comercial, que fue el que más aumentó de $ 10 a $ 26-, fue de entre el 80 y el 160%. Las naftas subieron hasta un 181%; la energía, 75%; y las tarifas de otros servicios públicos, entre el 40 y el 75%”.
Y agregaron: “También se decidió aumentar con un sistema de reajustes periódicos o directamente liberar, según los plazos, las tasas de interés para los depósitos bancarios, y se determinaron las alzas de las exportaciones, entre otras medidas”. Asimismo, según Dellatorre y Restivo, “el boleto de colectivo pasó de $ 1 a $ 1,5 y los pasajes de trenes subieron entre el 80 y el 120%, mientras que los aumentos de salarios habían oscilado entre el 38% en marzo y el 45% en junio”.
¿Cómo terminó el Plan de ajuste?
El miércoles 16 de julio de 1975, La Opinión expresó en su tapa: “Como si una gran torpeza hubiera invadido a todos los sectores, nada de lo que se resuelve queda resuelto, nada de lo que se arregla queda arreglado, nada de lo que se dice queda claro. Y como si un pertinaz delirio hubiera invadido los espíritus, nada de lo que se cree vivir responde a la vida real, nada de lo que se cree posible es una posibilidad real. Una larga agonía. Los salarios fueron estudiados, analizados, discutidos, homologados, anulados, otra vez homologados, decretados, aprobados. Pero la crisis social penetra cada vez más profundamente en el cuerpo de la República. La crisis política fue desarrollada, desatada, discutida, combatida, resuelta. Pero el gabinete sigue sin poder ejercer la administración de los asuntos públicos. No tiene objetivos. No tiene poder. El plan económico no fue otra cosa que un diagnóstico de laboratorio. No hubo plan. Sólo un grupo de funcionarios confundidos, y todo el cuerpo económico de la nación a la deriva. Los argentinos, día a día, tienen conciencia de que el país al que estaban acostumbrados está muriendo. Y no saben qué país, qué vida, los espera. Ni cuánto durará la agonía.”