Reserva Natural G1VA, el histórico reclamo de l@s vecin@s de Merlo
Uno de los temas que se puso en agenda con mucha fuerza en los últimos años tiene que ver con los reclamos ambientales no solamente en nuestro país, sino también en el mundo entero. Fuimos testigos de situaciones climáticas extremas que ponen en tela de juicio el futuro del planeta Tierra. Miles de organizaciones civiles luchan en pos de mayores regulaciones y el partido de Merlo es un claro ejemplo al respecto. Desde hace un tiempo largo, diferentes colectivos se han propuesto avanzar en la creación de una Reserva Natural en los terrenos linderos a la Dirección de Vigilancia y Control Aeroespacial, conocida popularmente como “campo de G1VA”. En esta oportunidad, desde Diario La Ciudad, contaremos algunos detalles de este proyecto, como así también las particularidades por las cuales este espacio merece ser protegido.
Todo comenzó a partir de la preocupación de diferentes personas sobre la preservación de estos terrenos. Fue así que crearon una organización de vecin@s autoconvocad@s de Merlo y zonas aledañas que se unieron con el claro propósito de presentar un proyecto para la construcción de una Reserva Natural Urbana. De acuerdo a l@s responsables de esta organización, el lugar ofrece un patrimonio cultural y biológico único para la región, ya que el área está atravesada por el Arroyo Torres, uno de los únicos del municipio que se mantiene sin ser intubado y se asienta uno de los escasos relictos de pastizal pampeano que puede encontrarse en el AMBA. Asimismo, brinda numerosos servicios ecosistémicos y representa uno de los últimos pulmones verdes del casco urbano de Merlo.
A lo largo de estos años de lucha, fundamentalmente luego de la llegada de la pandemia del Covid-19, las caminatas, bicicleteadas, las jornadas de limpieza, el reconocimiento de especies en el lugar y los intercambios de plantas y plantines se transformaron en actividades cotidianas para este movimiento que no pretende quedarse de brazos cruzados por nada del mundo.
Mientras resurgen algunos discursos que niegan el cambio climático y desfinancian las políticas que lo combaten, las organizaciones ambientalistas no dejan de luchar. En Merlo existe un espacio que puede ser utilizado para la comunidad y, al mismo tiempo, protegerlo de los diferentes negocios que pueden existir.
