Santa Lucía, la pizzeria emblema de Caseros que dice tener la mejor fugazzeta del mundo
La pizza es una de las comidas más consumidas alrededor del mundo. Más allá de que l@s italianos se jactan de haberla creado y difundido en todo el planeta, en la Argentina se pueden encontrar lugares en los cuales la tradición por este alimento trasciende generación tras generación. En la zona oeste de la provincia de Buenos Aires, más específicamente en la ciudad de Caseros, se estableció una de las pizzerías más reconocidas por parte de los fanáticos: Santa Lucía. Desde su maravillosa fugazzeta rellena hasta la historia de su mozo más antiguo, el restaurante da muestra de sobra de retratar a la perfección buena parte de las tradiciones que tienen l@s vecin@s .
La pizzería Santa Lucía fue fundada por los hermanos Antonio y Mario Perpignano el 30 de agosto de 1975 y desde aquel momento recibe a centenares de personas en busca de deleitarse con una de las grandes especialidades de la casa: la fugazzeta rellena. Las lonjas de jamón cocido combinadas a la perfección con un queso muzzarella rallado y una pequeña capa de cebollas doradas son algunos de los grandes secretos de una preparación que convoca a fanáticos de la pizza de todas partes de Buenos Aires.
Una historia sorprendente de este restaurante es la presencia de Daniel Bengolea, un histórico mozo que lleva más de 30 años desempeñándose en este lugar. A partir del trabajo desarrolado allí, su figura se transformó en un ícono para este lugar a tal punto de que much@s clientes desean ser atendidos únicamente por él.
Como si esto fuera poco, en 2018, la municipalidad de Tres de Febrero tomó la determinación de homenajear a la pizzería con el rótulo de bar notable. Además de la notoriedad que le brindan esta clase de reconocimientos, las autoridades locales decidieron homenajear a la familia de la pizzería Santa Lucía producto de la gran cantidad de años en las que marcó a la ciudad de Caseros.
En la calle San Martín al 2000, a pocas cuadras de la estación de tren, se ubica desde hace más de 40 años uno de los lugares más icónicos con los que cuenta la zona oeste de la provincia de Buenos Aires. En sus mostradores cargados de variedades de alimentos, en sus mozos que reciben con una sonrisa a sus clientes y, por sobre todas las cosas en el maravilloso sabor de las pizzas que se producen se puede encontrar la pasión por una comida que convoca a un sinfín de argentin@s.
