A 4 días de la elección Javier Milei prometió privatizar el Sarmiento a $1.100 pesos el pasaje
Sebastian Sanguinetti
El candidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, detalló su plan en relación al transporte de cara a las elecciones generales de este domingo y propuso que los trenes pasen a ser privados: “El Estado debería correrse del medio”.
En declaraciones televisivas, el referente privado apuntó nuevamente contra la estructura del Estado: “Cuando teníamos el mejor sistema ferroviario del mundo era inglés. No podemos seguir con estos niveles de déficit, y la realidad es que es un oxímoron tener un Estado empresario, porque no cumple su rol de empresario. Debería correrse el Estado del medio, porque la realidad es que cuando lo hace el privado lo hace mucho mejor.
Las declaraciones de Milei se dieron tras el anuncio del gobierno nacional sobre la posibilidad de renunciar voluntariamente a los subsidios. En este marco, en casos específicos como el Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA), el pasaje de colectivo para los usuarios que decidan renunciar pasaría a ser de $700 por viaje y el del tren 1100 por persona.
EL Sarmiento ya fue privatizado
Hace 24 años, el ex presidente Carlos Menem impulsó un plan de reducción y privatización de los ferrocarriles: 80 mil trabajadores fueron despedidos y los kilómetros de vías se redujeron de 35.500 a 11 mil. Toda la industria ferroviaria fue desarticulada. Sólo se mantuvieron en pie las líneas de trenes urbanos que conectan a la Capital Federal con el conurbano y algunos pocos ramales de larga distancia.
Un grupo de consorcios privados se hizo cargo de la gestión de los servicios. La privatización de los ferrocarriles se impulsó para reducir el déficit fiscal y modernizar el servicio, pero ninguno de los objetivos se cumplió. El Estado siguió aportando recursos a través de la entrega de subsidios y la compra de insumos, mientras la mayoría de los trenes continuó en una situación penosa.
El peor momento fue durante la crisis de 2001-2002. Por entonces, las formaciones partían con los asientos destruidos, sin luces y experimentaban un notable traqueteo, evidenciando la falta de mantenimiento de las vías. El gobierno de Eduardo Duhalde decretó en 2002 la emergencia ferroviaria, pero eso sólo sirvió para que las privatizadas fueran exceptuadas del cumplimiento de casi todas las exigencias de inversión y mantenimiento que figuraban en los pliegos. Eso se hizo supuestamente para evitar que los concesionarios, entonces en convocatoria de acreedores, quebraran.