Como un cuento: la historia de la docente que encontró un mensaje en una botella escrito por un vecino de El Palomar

Como un cuento: la historia de la docente que encontró un mensaje en una botella escrito por un vecino de El Palomar
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Es muy común observar en películas clásicas la presencia de escenas fantásticas, que muy pocas veces pueden articularse con la vida real. Los mensajes en botellas arrojados al mar fueron siempre un enigma a resolver en estos cuentos, aunque sorprendentemente parecería haber traspasado la pantalla hace algunos años atrás. En 2019, durante el feriado de carnaval que se desarrolla en febrero en nuestro país, una docente que se encontraba de vacaciones en la playa de Bahía de Creek en Rio Negro se topó con un escrito incrustado al interior de un envase de vidrio que le pertenecía a Miguel Borges, un vecino oriundo de El Palomar.

De acuerdo al relato de Luisina Morando, esta maestra que reside en la localidad de Carmen de Patagones, este suceso ocurrió mientras juntaba basura que otras personas tiran en las playas del sur argentino. En dicha recolección, encontró una botella sellada que tenía algo sorprendente en su interior.

Una vez instalada en su casa y en compañía de su familia, tomó la determinación de abrir el envase y se encontró con una carta escrita con tinta por un vecino que vivía por aquel entonces en El Palomar, localidad ubicada en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires, que data del 7 de febrero de 1975. Miguel Borges era el autor del manuscrito y, en sus líneas, manifestaba que la persona que haya descubierto esta particularidad debería contactarse con él.

Este hombre había puesto como referencia un domicilio ubicado en el conurbano bonaerense, aunque la docente no pudo dar con nadie de su entorno. A partir de diferentes búsquedas realizadas en grupos por redes sociales, se enteró de que Miguel había fallecido cinco años antes. Sin embargo, tuvo la posibilidad de darle este mensaje encriptado en una botella a su mujer y sus hijos, para su recuerdo.

Cabe destacar que, de acuerdo al relato de sus seres más cercanos, el vecino de El Palomar solía realizar esta clase de gestos cuando estaba de vacaciones en diferentes puntos del país, como experimento a futuro. Pese al paso del tiempo, resitió en el agua y llegó a manos de una docente de la zona.

Como si fuese parte de un cuento de hadas, en el sur de nuestro país se descubrió un mensaje en una botella. No caben dudas de que muchas más sorpresas se podrán vislumbar en los diferentes ríos que componen la Argentina.

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