“Hanako-kun”: Misterios y fantasmas en el baño de mujeres
Melina Alderete
“Hanako San, ¿estás ahí?”. Esa es la pregunta que hay que hacer en uno de los baños de chicas de la Academia Kamome si una quiere que se le cumplan los deseos. Pero, cuidado, porque a veces desear muy fuerte es peligroso…
En el mundo de “Jibaku Shōnen Hanako-kun”, el manga originalmente creado por las artistas conocidas como AdaIro, todo puede pasar. La historia sigue a Hanako-kun, el fantasma de un niño que, en su paso al otro mundo, ha de encargarse de ser el espectro conocido como “Hanako-San del baño”, uno de los seres sobrenaturales que habitan la Academia Kamome, junto a los demás “siete misterios”.
La historia de Hanako-kun, además de ser un manga, fue adaptado al anime por el Estudio Lerche y sus capítulos se emitieron entre el 9 de enero y el 26 de marzo de 2020.
Lo humano, lo sobrenatural, y el punto medio
En “Jibaku Shōnen Hanako-kun” pareciera que las dimensiones están todo el tiempo entremezcladas. En el escenario donde se desarrolla la historia, la Academia Kamome, conviven estudiantes y espectros, pero el ambiente está lejos de ser amistoso.
Las no-vidas de los espectros son regidas por lo que se conoce como “rumores”, historias controladas por los humanos acerca de las cualidades o proezas de los espíritus. Las personas son las únicas que poseen la habilidad de crear y cambiar los rumores, y el sentido que le de a su historia definirá el curso del espectro.
Una de las niñas con esta habilidad es Nene Yashiro, quien convoca a Hanako-kun en el baño de mujeres de la escuela, con el objetivo de pedirle que conceda su deseo. El espectro, también conocido como “el séptimo” debido a su rango en la escala de “misterios”, acepta el reto, pero pide algo a cambio: Que Nene se transforme en su asistente humana.
Así, Nene y Hanako unen fuerzas entre dimensiones y encaran aventuras, con el objetivo de mantener la paz entre el mundo humano y el espiritual.
Además de la alianza entre estos dos peculiares personajes, otros espectros y estudiantes se unen a la cruzada, como Kou, un particular niño que proviene de una familia honrada de exorcistas y sueña ser un gran cazador de fantasmas como su hermano.
Del lado de los espectros, a medida que va avanzando la historia, podemos encontrarnos con otros de los espíritus que integran “los siete misterios” de la Academia: Una tríada que puede controlar a su gusto el pasado, el futuro y el presente; un misterioso bibliotecario que guarda los “diarios de vida” de todos los estudiantes. Y también a los mokke, extrañas criaturitas similares a un conejo que suelen ser dulces y divertidos, pero que se pueden convertir en tétricas criaturas al fusionarse.
¿Podrán espectros y humanos convivir en paz en la Academia Kamome? ¿O los límites entre lo sobrenatural y lo terrenal se verán desdibujados? Tendremos que leer o ver “Jibaku Shōnen Hanako-kun” para averiguarlo…