Hurlingham: homenajearon a Rodrigo Corzo, víctima de gatillo fácil
Enzo Resino
El caso de Rodrigo Corzo es uno de los ejemplos más emblemáticos de gatillo fácil en el país. Su asesinato en 2003, a manos de la Policía Bonaerense, es la síntesis de un problema no resuelto desde la vuelta a la democracia. El mismo nos permite reflexionar sobre la violencia institucional y discutir el rol de las fuerzas policiales.
Durante el fin de semana, se lo recordó a Rodrigo de una manera muy especial. Estuvieron presentes familiares y amigos, en una actividad desarrollada en conjunto entre la Secretaría de Derechos Humanos y el Municipio de Hurlingham. La misma tuvo lugar en el Paseo de la Memoria de la localidad y allí se descubrió un cartel de señalización que cuenta todo sobre su caso.
Acompañadas por vecinos y organismos de derechos humanos, estuvieron allí la madre y la hermana de Rodrigo Corzo. También participaron del acto Horacio Pietragalla Corti (Secretario de Derechos Humanos de la Nación), Matías Moreno (Subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia) y Patricia Danna (Directora de Derechos Humanos de Hurlingham).
¿Quién era Rodrigo Corzo y cómo fue su asesinato a manos de la Policía Bonaerense?
Este joven de 27 años vivía con sus padres en Villa Tesei, partido de Hurlingham. Estudiaba idiomas y además era Técnico Superior en Aduanas y Técnico Mecánico; con planes de estudiar ingeniería en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
Durante la semana se divertía practicando percusión en la Murga Chinaka y jugaba al fútbol todos los viernes con sus amigos, además de ver a su novia la cual vivía en Ituzaingó. Luego de culminar con todas sus actividades del 27 de junio de 2003, Rodrigo llegó a su casa y se dio una ducha. Momentos después emprendió viaje hacia la casa de su novia, en la cual se quedaría a dormir. Tomó el Renault 19 color gris de su padre y se dispuso a realizar el mismo camino que siempre hacía desde Villa Tesei hasta Ituzaingó.
Cerca de la 1:30 del sábado 28 de junio, el subinspector Cristian Solana y el sargento Ariel Núñez del Comando de Patrullas de Hurlingham divisaron el auto y consideraron que era sospechoso. Se dio una persecución que comenzó en la subida del Puente Santa Rosa; con disparos efectuados por los policías. Una de esas balas, que salieron del arma de Solana, impactó en la espalda de Rodrigo provocando su muerte instantánea.
Foto de portada: Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.