Hurlingham tiene memoria: homenajearon a Silvia De Rafaelli, vecina detenida-desaparecida durante la dictadura
Enzo Resino
El jueves 11 de agosto se llevó adelante una jornada muy emotiva en Villa Tesei, partido de Hurlingham, en la cual descubrió una “Esquina de la Memoria” en homenaje a la vecina detenida-desaparecida Silvia ‘La Cucu’ De Rafaelli. Dicho acto tuvo lugar en la intersección de las calles Ereñu y La Patria, sitio al cual se acercaron organizaciones de derechos humanos, vecinos y vecinas, y funcionarios locales.
La realización de este homenaje, que estuvo a cargo de la Dirección de Derechos Humanos de Hurlingham, comenzó alrededor de las 16:30 y contó con la presencia de muchos vecinos y vecinas. Esa tarde se hicieron presentes, además de Patricia Danna (Directora de Derechos Humanos de Hurlingham) y concejales y concejalas, la regional H.I.J.O.S. Gran Morón-Ituzaingó-Hurlingham e Iris Pereyra de Avellaneda (Presidenta de la Liga Argentina por los Derechos Humanos).
Emotiva tarde junto a vecinos,Concejales y compañeros,dónde desde la Dirección de Derechos Humanos de Hurlingham, señalizamos otra Esquina de la Memoria,en homenaje a Silvia De Rafaelli, secuestrada en su casa,el 28 de diciembre de 1976.Gracias a la gestión Intend.@DamianSelci pic.twitter.com/BGppfPX4Pe
— Pato Danna (@PatoDanna) August 12, 2022
Silvia De Rafaelli nació un 3 de septiembre de 1948, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ella y su pareja, Alejandro Parejo, vivían en su casa de Ereñu 362 (Villa Tesei, Hurlingham) junto a sus dos pequeños hijos. Ambos estudiaban, primero habían comenzado con las carreras de veterinaria e ingeniero agrónomo, y luego de un tiempo decidieron cambiar a sociología. Silvia había trabajado como azafata en Austral Líneas Aéreas, aunque su profesión -al igual que la de Alejandro- era la docencia.
Los dos ejercían una fuerte militancia política y social, en la organización Montoneros (movimiento que junto al ERP y las FAR ya habían reducido considerablemente su capacidad operativa para 1976). Lamentablemente por la tarde del 28 de diciembre de 1976, sucedió lo peor: Silvia era secuestrada por una patota, de 10 hombres vestidos de civil, que entró a la casa. El testigo involuntario de estos hechos fue Alejandro, que volvía -andando en bicicleta- a su hogar en ese momento. Este logró huir del lugar de los hechos y, luego de esconderse en casa de sus suegros, se refugió -con ayuda del ACNUR- primero en Brasil y posteriormente en Francia.
Luego de su secuestro, Silvia fue vista en la Brigada de Investigaciones de Lanús. Posteriormente pasó por los Centros Clandestinos de Detención (CCD) El Infierno y El Vesubio. Su asesinato ocurrió el 28 de abril de 1977, en la Ruta Provincial N°17 y Armonía (González Catán-La Matanza). Tras acabar con su vida, enterraron el cuerpo como NN en el Cementerio Municipal de Isidro Casanova. En 2011 sus restos fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).