A 20 años de Cromañon, nuestra ciudad recuerda a sus víctimas
Santiago Menu
El 30 de diciembre de 2004, la tragedia de Cromañón marcó un antes y un después en la historia de la música y la sociedad argentina. Entre las 194 víctimas fatales de aquel fatídico recital de la banda Callejeros, se encontraban Cecilia Romieux y Luis Zárate, dos jóvenes de Ituzaingó que compartían una pasión por el rock y sueños de futuro.
Cecilia Romieux nació el 16 de noviembre de 1979. Con 25 años, acababa de completar su carrera de Licenciatura en Recursos Humanos en la Universidad de Morón, aunque nunca llegó a retirar su título. Ese 30 de diciembre decidió asistir al recital junto a amigas y dos primas para disfrutar de su música favorita en República de Cromañón, un boliche del barrio porteño de Balvanera. Quienes la conocieron, la describen como una persona alegre, solidaria y con grandes planes profesionales y personales. La noche del concierto, lo que debía ser una celebración de la música se transformó en una tragedia por la negligencia de los organizadores y la falta de controles de seguridad.
Luis Zárate, nacido el 14 de septiembre de 1983, tenía 21 años y era conocido en Ituzaingó como el “vecino pintor” por su oficio y dedicación. También era un apasionado hincha de Deportivo Morón y un amante del rock nacional. Para él, asistir al recital de Callejeros era una de sus tantas formas de disfrutar la vida y la música. Su partida dejó una marca imborrable en su comunidad, que lo recuerda como un joven entusiasta y solidario.
En 2018, el Municipio de Ituzaingó y los familiares de las víctimas organizaron un acto conmemorativo en honor a Cecilia, Luis y tod@s los jóvenes que perdieron la vida en Cromañón. Durante la ceremonia, se inauguró la plaza “Los pibes de Cromañón, Ceci y Luis”, ubicada en General Martín Rodríguez y Venezuela.
La tragedia de Cromañón no solo arrebató vidas jóvenes como las de Cecilia y Luis, sino que también puso en evidencia las fallas estructurales y sociales que llevaron a ese desastre. Hoy, sus historias nos invitan a reflexionar sobre la importancia de garantizar condiciones seguras y de recordar a quienes ya no están, transformando el dolor en memoria y lucha por un futuro más justo. Cecilia y Luis vivirán siempre en el corazón de Ituzaingó, en su plaza y en cada acto que busque evitar que tragedias como esta vuelvan a repetirse.