La historia del culto católico en Ituzaingó

La historia del culto católico en Ituzaingó
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El desarrollo del culto católico en Ituzaingó tuvo un recorrido mucho más tardío que en sus localidades vecinas. Mientras Merlo contaba con una capilla desde 1727 y Morón con su ermita dedicada a la Virgen del Buen Ayre desde 1793, Ituzaingó debió esperar hasta 1940 para tener su primera iglesia sacralizada.


Desde la fundación del pueblo y hasta comienzos del siglo XX, la comunidad católica careció de un templo propio donde practicar su fe. Según los registros históricos, la primera capilla de la zona habría estado ubicada en las tierras del ingeniero Emilio Agrelo, donde hoy se encuentra el Hogar Martín Rodríguez, aunque se trataba de un oratorio de uso privado y del cual no se conserva la fecha exacta de construcción.


La falta de espacios religiosos fue compensada, en buena parte, por la acción de una mujer clave en la historia local: Juanita Consejero, nacida en 1880. En su casa de la calle Las Heras 127 enseñaba catecismo y preparaba a los niños para su primera comunión, ceremonia que debían realizar en la iglesia de Morón. Gracias a su dedicación, la vida religiosa de Ituzaingó empezó a organizarse desde la comunidad misma, antes de contar con infraestructura formal.

Con el tiempo, y con aportes de los vecinos, se alquiló una casa en la calle Zufriategui casi Camacuá que fue transformada en oratorio público bajo la advocación del Sagrado Corazón de Jesús. En 1920, ese espacio se trasladó a la calle Dr. Manuel Belgrano entre Soler y Fragio, donde funcionó durante quince años. Más tarde, en 1934, la capilla pasó a ocupar el edificio del antiguo Cine Teatro Ituzaingó, conocido luego como Petit Palace.


Durante esos años, la figura del padre Luis D’Ambrosio fue central para sostener las celebraciones religiosas. Proveniente de la Basílica de La Merced, en Buenos Aires, viajaba todos los domingos y fechas especiales para oficiar misas, bautismos y comuniones. Su labor fue recordada por los vecinos y dejó huella en la vida espiritual del pueblo.


En paralelo, la Unión Vecinal de Ituzaingó elevó en 1929 una nota al intendente de Morón solicitando un terreno para construir una iglesia. La solicitud fue aceptada y se eligió un predio sobre la actual calle Mansilla, a continuación de la escuela N° 6. El primer proyecto, de estilo gótico con dos torres, resultó demasiado ambicioso y fue reemplazado por otro más modesto en 1934.


La construcción del templo demandó cinco años y contó con la colaboración de numerosas familias locales. Finalmente, el 28 de abril de 1940, la iglesia fue bendecida por monseñor Chimento, en una ceremonia a la que asistieron el gobernador Manuel Fresco y el intendente de Morón, Rafael Amato.


Desde entonces, la fe católica encontró en Ituzaingó un espacio propio.
Y en esa historia, junto a los sacerdotes y benefactores, el nombre de Juanita Consejero sigue ocupando un lugar de honor: su entrega y vocación sentaron las bases del culto que dio identidad espiritual al pueblo.

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