La Reina, la confitería más famosa de Moreno en los `40
Puntos de encuentro de amig@s, vecin@s y familiares, lugares de reunión de trabajo o para conversar con una pareja. Los bares y confiterías son parte constitutiva en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en los diferentes barrios que componen la zona oeste de la provincia de Buenos Aires. En el municipio de Moreno, durante buena parte de la década del 40 y 50, existió un local gastronómico que concentró prácticamente toda la popularidad en el distrito a partir de los productos que ofrecía y fundamentalmente gracias a las personalidades destacadas que asistían allí: la Reina. Desde Diario La Ciudad, en esta oportunidad, relataremos algunos detalles que pintan a la perfección a este comercio que supo estar en la cresta de la ola, aunque con el paso de los años se vio en la necesidad de cerrar sus puertas para siempre.
Todo comenzó en 1938, cuando Orlando Piro tomó la determinación de inaugurar este comercio sobre la calle Bartolomé Mitre al 700. De acuerdo a algunos relatos de la época, sobre las vitrinas del local se podían encontrar deliciosas masas finas, tortas, sandwiches de miga y merengues con dulce de leche. Sin embargo, uno de los grandes secretos que tenía la panadería eran las insuperables medialunas de manteca. Personas que residían en otras localidades se acercaban especialmente allí para disfrutarlas en primera persona y quedaban sorprendidas con su sabor.
No cualquiera podía acceder a La Reina. A raíz de los elevados precios que tenían los productos que ofrecían, el ambiente que se juntaba en la confitería era muy selecto. Fundamentalmente las personas con mayores ingresos eran aquellas privilegiadas que accedían al variado menú de ofertas en materia gastronómica.
Por lo general, los domingos ofrecían un servicio de té completo en el cual l@s vecin@s podían optar por tomarlo en las afueras de la panadería, sentad@s en sus sillas y mesas de mimbre con el sol posándose sobre sus hombros. Asimismo, los sábados por las noches se realizaban bailes y se proyectaban películas para toda la comunidad. En épocas de verano y calor, se bailaba folclore en la terraza, como así también se desarrollaban festividades de carnaval, peñas, desfile de moda y show de peinados extravagantes.
Algunas informaciones marcan que la confitería La Reina se mantuvo abierta hasta inicios de la década del 60. Sin embargo, producto de algunos problemas económicos y sumado a la enorme competencia de panaderías que surgieron en la localidad de Moreno por aquellos años, se vio en la necesidad de cerrar sus puertas para siempre. La propiedad fue demolida con el paso de los meses y convertida en diferentes comercios, aunque ninguno con demasiado éxito.
Las historias en torno a los locales que marcaron una época al interior de la zona oeste de la provincia de Buenos Aires son de las más diversas y se extienden por cada una de las localidades del conurbano. La llegada de la modernidad cambió para siempre algunas dinámicas, por lo que es importante recuperar parte de nuestro pasado para transmitirlo a las nuevas generaciones.
