Otro justiciero en Morón, baleó a un motochorro y se fugó
Diario La Ciudad
Un “motochorro” de 22 años fue detenido con una herida de bala en el pecho luego de tirotearse con un automovilista que salió en defensa de un vecino que en ese momento era asaltado en la zona céntrica de Morón, informaron hoy fuentes policiales y judiciales.
Lo que pudo saber Diario La Ciudad sobre el caso, es que el tirador escapó tras balear al asaltante, quien fue detenido a unos metros luego de que sus tres cómplices escaparan a bordo de dos motos tras chocar una de ellas contra un auto estacionado.
El hecho:
El hecho fue el pasado miércoles frente a un domicilio de la calle Charca al 2.100, de Morón, donde un hombre esperaba a bordo de su auto Fiat Palio Negro que su hijo saliera de la psicóloga, momento en que fue abordado por cuatro delincuentes en dos motos.
La víctima se resistió a los golpes al asalto, momento en que paso por el lugar un vecino a bordo de un Renault Kangoo, que al ver lo que sucedía detuvo la marcha para auxiliarlo.
De acuerdo a lo que quedó registrado por las cámaras de la cuadra, el conductor de la Kangoo bajó armado y disparó contra los “motochorros”.
Los delincuentes también dispararon y en ese enfrentamiento uno de ellos resultó herido de un tiro en el pecho. El vecino que disparó regresó a su auto y se fue del lugar, por lo que aún es buscado por los investigadores, mientras que a unos 200 metros del lugar del enfrentamiento, la moto en la que iba el asaltante herido chocó contra un auto Volkswagen Gol estacionado y éste cayó inconsciente al piso, donde fue abandonado por sus cómplices.
Los restantes tres delincuentes escaparon en una sola moto, ya que la otra quedó chocada junto al herido. La Policía identificó al baleado como Jesús Alejo Piris Rosa (22), quien se encuentra internado en el Hospital Posadas con pronóstico reservado y en calidad de detenido.
La causa quedó a cargo del fiscal Claudio Oviedo, de la Unidad Funcional de Instrucción 5 de Morón, que espera la recuperación de Piris Rosa para indagarlo.-
Por Ramón González