Perfiles moronenses: entrevista a Naty Rodríguez
Micaela Minelli
Naty se presenta como “una mujer lesbiana del oeste” pero principalmente como una militante del arte. En una conversación extensa hablamos de política, militancia, activismo disidente, proyectos, autogestión y discursos de odio.
Puede que hablar de política hoy sea un bajón, y es que se la ha bastardeado y banalizado mucho últimamente, pero en palabras de Naty “no deja de ser una herramienta, no hay que caer en el juego de que la política es mala porque eso aleja, sobre todo, a las juventudes y me parece que hay que confiar en que es un instrumento y que todos tenemos acceso y derecho a poder ser parte de eso.”
La historia de Naty con el activismo viene de hace muchos años, cuando salía a la calle con su camarita a entrevistar dirigentes en movilizaciones para un programa de radio en Moreno, luego de la pandemia comenzó a militar de manera partidaria, siendo referente de un grupo donde realizaron diferentes actividades, encontró en el arte y la cultura un espacio de abrazo colectivo, hoy estudia la Licenciatura en Gestión del Arte y la Cultural en la Universidad de Tres de Febrero. Ha realizado ciclos multidisciplinarios “hecho por disidencias para disidencias”.
Sobre la militancia orgánica hablamos de la clásica demanda de “ocupar los espacios”, a qué costo, cómo se sostienen y cuáles son los desafíos.
“Poder ocupar los lugares de verdad, como lo ocupa no sé un varón heterocis, ¿no? No tiene la misma formación política un varón hetero cis que una disidencia, es recibido de otra manera. Por eso cuando ocupamos las disidencias los lugares públicos no sabemos muy bien cómo hacerlo.”
“Un varón, si entra a una agrupación ya directamente se puede sentar en una mesa de dirección si hace las cosas que tiene que hacer y cae bien. Yo he tenido un recorrido en este espacio político que me habilitaba ya para estar en una mesa de dirección y entra un varón hetero cis y en poco tiempo se sienta ahí, en esa mesa y lo notan otras compañeras, y dicen che, pero por qué, ese es tu lugar. Y bueno, no sé, viste, funciona así.”
Cuando hablamos de desigualdad y falta de oportunidades nos referimos a las exigencias que se plantean para unas personas u otras en todos los ámbitos, la militancia y el activismo no son la excepción. Las disidencias tienen un doble trabajo, hacia adentro y hacia afuera de las organizaciones, al mismo tiempo garantizando una contención propia para el colectivo. A veces la mejor militancia es crear comunidad.
“Yo le buscaba el lado bueno, poder crear comunidad. A mí me obsesionaba en ese momento, y me obsesiona todavía, crear espacios de pertenencia lugares que sean para nosotros, ya sean físicos o digitales. Lugares donde reunirnos, hablar de nuestra cultura, porque hay una cultura de las disidencias.”
Hablando de espacios digitales, Naty es parte de un proyecto llamado “El agite disidente” un podcast donde se relatan cotidianidades de la comunidad lgbtinb+ en el conurbano. “Lo pensamos como el permanecer en movimiento, somos militantes y nos interesa estar, sabemos lo necesario que es para otras disidencias. Y además está el disfrute, a nosotros nos interesa mucho el goce propio, la creatividad, de poder tirar ahí un montón de cuestiones catárticas, quizás ponernos en personajes.”
Volviendo a la cuestión de la militancia política, cómo sobrevivir a espacios que institucionalmente expulsan y discriminan.
“Me ha pasado no de intentar formar equipos y en reuniones, donde se discute la agenda nuestra temática quede al final. Y que encima que queda al final no nos escuchaban. Me parece que lo que tenemos que hacer, que a veces da mucha bronca, es educar. Educar desde nuestros lugares al que más nos discrimine y eso a veces da mucha bronca. Yo he dado muchos talleres, donde tenés que recibir comentarios que realmente son muy violentos, pero a lo mejor la persona ni siquiera entiende que está ejerciendo la violencia, entonces es ahí donde no hay que perder la paciencia o la esperanza y educar.”
Cómo sostener la paciencia y la esperanza frente a la violencia, es casi espiritual el planteo de Naty, por lo que resalta la importancia de cuidar la salud mental, “los que somos militantes tenemos vocación de servicio y nos paramos desde el conflicto, y a veces no medimos hasta donde estamos poniendo el cuerpo. Y somos valiosos y aunque cueste a veces entenderlo, no somos indispensables, pero sí somos valiosos y tenemos que estar armados con la mejor salud mental posible. Vale la pena la lucha, pero no a puntos en que no terminás aportando porque te terminás poniendo mal.”
En el proceso de redacción de esta nota sucedió un hecho que tiene que ver con la violencia hacia la comunidad lgbtinb+ y los discursos de odio que se viene legitimando en las instituciones públicas, desde el gobierno nacional y que se replican a diario en los medios masivos de comunicación.
Un hombre atacó a cuatro mujeres por ser lesbianas en el barrio de Barracas, asesinó a tres de ellas y una se está recuperando de las lesiones. Los vecinos y testigos comentaron que el victimario, Fernando Barrientos, era abiertamente homofóbico, misógino y maltratador. El día anterior al hecho en Radio con Vos, entrevistaron a un hombre que reproducía dichos discriminatorios hacia la comunidad lgbtinb+ que nadie en la mesa discrepó. Se está validando un discurso extremadamente violento y las consecuencias son inmediatas.
Al ser consultada por este hecho, Naty reflexiona. “Me genera dos cosas que me parecen súper fuertes: primero lo macabro, como incendiar a una persona directamente, y por el otro lado me genera mucho miedo esto de la no sorpresa. Venimos con con ataques desde siempre, pero pareciera ser que ahora están desde un lugar más legitimado, por toda esta bajada de línea que decidió tomar el oficialismo y que se corresponde con los discursos de odio que ya se venían perpetuando.”
“Me genera el desamparo de estas chicas. Estaban juntas. Vivían juntas. Tenían su grupo de sostén, que es lo que necesitamos mucha gente de la comunidad y aún así pareciera que no estamos a salvo. Hay que seguir dando la batalla y generando espacios de pertenencia y de contención, para quienes estén en peligro.”