Roberto Bombini, la historia del reconocido médico del Club Atlético Ituzaingó
Santiago Menu

La historia de los clubes no solo se escribe con goles, ascensos o títulos, sino también con las personas que, desde distintos lugares, dedican parte de su vida a sostenerlos y hacerlos crecer. Entre ellas, una figura ocupa un lugar especial en la memoria del Club Atlético Ituzaingó: el doctor Roberto Bombini, médico, traumatólogo, deportólogo y, sobre todo, un apasionado hincha del Verde que acompañó a la institución durante casi tres décadas.
Roberto nació el 7 de octubre de 1947 y se recibió de médico en la Universidad de Buenos Aires en 1978, especializándose en traumatología y medicina deportiva. Sus primeros pasos en el fútbol profesional llegaron en la década del ’80, cuando comenzó a trabajar en Ferro Carril Oeste junto a los hermanos Griguol, Timoteo y Mario, este último gran amigo suyo. Pero sería en Ituzaingó donde encontraría su lugar definitivo.
Poco tiempo después de esa experiencia en Caballito, Bombini se sumó al León y nunca más se alejó. Estuvo presente en los días de partido, atendiendo a los jugadores, colaborando en los entrenamientos e incluso brindando su tiempo a los chicos de inferiores. Con profesionalismo, cariño y entrega, se convirtió en una referencia para varias generaciones de futbolistas que pasaron por el club.

En 2006, debido a problemas de salud, decidió dejar de ser el médico del “día de partido”, pero eso no lo alejó de la institución. Continuó ayudando de manera desinteresada hasta el último día de su vida: donaba medicamentos, ofrecía consejos y recibía a los jugadores en su consultorio privado, muchas veces sin cobrarles un peso. Su compromiso era tal que los propios futbolistas preferían atenderse con él antes que con otros médicos.
Su trayectoria profesional también se extendió más allá del León. Bombini trabajó en el Hospital de Morón, fue médico auditor de la delegación IOMA de Merlo, director regional de IOMA San Isidro, además de desempeñarse en distintos centros médicos de zona oeste. Aun así, su gran debilidad era el club de sus amores. “Para él, el club era todo. Vivió para y por el club hasta el último día”, contó Marcelo, uno de sus hijos, quien recordó que cada domingo su familia almorzaba en la sede social y pasaba la tarde entera en la institución.
El 7 de septiembre de 2010, Roberto Bombini falleció de un infarto, dejando un enorme vacío en el corazón de quienes lo conocieron. Una década más tarde, en 2020, el club decidió homenajearlo nombrando uno de los sectores preferenciales de la platea en su memoria. Un reconocimiento más que justo para alguien que entregó su vida al León, demostrando que ser parte de un club no siempre significa estar dentro de la cancha: también lo es poner el corazón en cada gesto cotidiano.

