“Susurros del corazón”: La joya escondida de Studio Ghibli tendrá su propia secuela
Melina Alderete
“El mundo está repleto de diamantes en bruto, en cuyo interior hay pequeñas piedras preciosas de valor incalculable. Solamente hay que tratar de pulirlas y, con el tiempo, estas mostrarán al mundo toda su belleza y potencial”, nos enseña el abuelo Amasawa, un personaje invaluable de Susurros del corazón, el primer gran proyecto de Studio Ghibli que no fue dirigido ni por Hayao Miyazaki ni por Isao Takahata.
Este mes, la película animada de Yoshifumi Kondo cumple 27 años y sus enseñanzas resurgen más fuerte que nunca con el anuncio de una secuela que seguirá los pasos de sus protagonistas en el trayecto de la vida adulta.
Pero, ¿de qué trata Susurros del corazón?
Estrenada por primera vez en Japón en 1995, la película sigue a los jóvenes Seiji Amasawa, quien sueña con ser luthier, y Shizuku Tsukishima, quien sueña con convertirse en una gran escritora. Entrelazados por casualidades y también por obra del destino, ambos se convertirán en amigos y algo más, siendo la primera vez que, en un film de Studio Ghibli, se muestra un indicio de relación romántica entre un chico y una chica.
Ya lo había explicitado el propio Hayao Miyazaki en varias entrevistas de la época, en las que sostenía, respecto a las relaciones que se daban entre los personajes femeninos y masculinos de sus obras: “Me he vuelto escéptico ante la regla no escrita de que solo porque un niño y una niña aparecen en la misma película, debe producirse un romance. Más bien, quiero retratar una relación ligeramente diferente, una en la que los dos se inspiran mutuamente para vivir; si puedo, quizás esté más cerca de representar una verdadera expresión de amor.”
Es precisamente a este tipo de amor al que apunta Susurros del corazón: el amor que nace entre dos jóvenes soñadores que se animan mutuamente para perseguir sus metas, contenidos incluso por otros personajes secundarios, pero igualmente importantes, como el abuelo Amasawa o el Baron Humbert von Gikkingen, esa figura de gato que carga con su propia historia e inspira a Shizuku a crear su primera novela.
La magia de lo cotidiano
A pesar de ser una película de Studio Ghibli, Susurros del corazón rompió esquemas no solo con la relación sana de amor y amistad de sus personajes, sino también con la presentación de lo onírico y lo mágico que se colaba en el paisaje cotidiano. Por fuera de sucesos mágicos y de fantasía que abarcaban todo el film, como sí ocurre, por ejemplo, en “El viaje de Chihiro” (2001), Susurros del corazón nos hace dar cuenta que lo extraordinario puede existir en el día a día, incluso en elementos y situaciones de lo más ordinarias.
En una especie de realismo mágico al mejor estilo Ghibli, Susurros del corazón presenta personajes honestos, sinceros, con sus propios sueños y ambiciones, pero no libres de dudas y angustias. Shizuku piensa que no quizás no tenga el talento suficiente para dedicarse a escribir y Seiji, por su parte, debe enfrentarse a los deseos de su familia cuando expone que quiere irse a Italia a estudiar para convertirse en luthier. En síntesis, lo que nos enseña esta joya perdida de Studio Ghibli es el pelear por nuestros sueños, aquellos que creemos correctos y que acaparan todo nuestro corazón.
La secuela, sin Ghibli
Este año se dio a conocer la noticia de que Susurros del corazón tendría una segunda parte, a más de veinte años de su estreno en Japón. Sin embargo, el Studio Ghibli no es muy partidario de las secuelas, y eso incluso el propio Hayao Miyazaki lo ha dejado muy en claro, sosteniendo que prefiere dar rienda suelta a lxs espectadores para que ellxs crean lo que quieran creer.
A pesar de esta negativa, el estudio de animación dio el visto bueno para la creación de la segunda parte de Susurros del corazón, pero con algunas modificaciones. Por ejemplo, la secuela no será animada, sino que será un film live action que contará qué pasó con la vida de estos jóvenes soñadores diez años después de los sucesos de 1995.
La película tiene previsto su estreno en Japón para el 14 de octubre de este año y será dirigida por Yuuichirou Hirakawa. En la piel de Shizuku como adulta, estará la actriz Nana Seino y la versión de adolescente será interpretada por Runa Yasuhara. Mientras tanto, Seiji adulto estará a cargo de Tori Matsuzaka y Tsubasa Nakagawa estará en la piel del Seiji joven.
Si aún no vieron Susurros del corazón (1995) del Studio Ghibli, aún están a tiempo de disfrutarla en Netflix.