Escritorxs del Conurbano: Hoy María Victoria Vázquez

María Victoria Vázquez es una cuentista del conurbano con una gran pasión por hurgar en lo desconocido. En sus dos obras publicadas, “Frío” y “Salamandra”, nos introduce en cuentos extraños, donde la fantasía y la realidad se entremezclan a tal punto de causar una sensación de mareo y ebriedad en quienes los leen.
Además, Vázquez es profesora e intérprete de inglés y correctora de textos.
La Ciudad charló con la escritora acerca de su trayectoria, el ambiente literario para las mujeres argentinas y sus referentes a la hora de pasar la historia al papel.
¿Cuándo empezaste a escribir? ¿Cómo fue ese inicio de relación con el mundo de la escritura?
En mi casa siempre hubo libros, de todo tipo, no sólo de literatura. Había una biblioteca grande con libros de mis papás y, de a poco, nos fueron comprando libros a mi hermana y a mí.
La relación con la escritura empezó en el colegio, con la alfabetización. Cuando tenía siete años escribíamos cuentos ilustrados con una compañera de clase. Volví a escribir mucho en secundaria, aunque siempre fui muy insegura en cuanto a la calidad de lo que hacía.
¿A quiénes consideras tus “referentes” en lo literario? ¿Cuáles son tus influencias?
Esta es una pregunta que me cuesta responder. Pasé por diferentes etapas. Leí mucho a Bioy cuando lo descubrí, en mi adolescencia, después una seguidilla de libros de Paul Auster, García Márquez, las “partículas elementales” de Houllebecq me marcaron bastante, ese tipo de texto crudo. Estudié idiomas, así que también leí clásicos ingleses y franceses. Y no reniego de que me gusta leer policial escandinavo o género fantástico también.
¿Qué pensas del ambiente literario del oeste? ¿Crees que, en el mercado editorial, lxs escritorxs del conurbano están ganando terreno?
Creo que lo que ocurre es que empezamos a distinguirnos. Históricamente, las personas del conurbano pertenecíamos a esa zona que no era ni Capital ni el interior, una especie de limbo geográfico. Es interesante rescatarnos desde lo literario, tratar de mostrar un estilo, identificarnos.

¿Cómo ves el ambiente literario para las mujeres escritoras?
Me parece que la literatura escrita por mujeres está en un muy buen momento. Hay muchos nombres que suenan fuerte, y ya no sólo a nivel nacional, sino que han trascendido. Muchas escritoras están siendo traducidas, nominadas a premios internacionales. Escritoras con una literatura muy potente y nada condescendiente. Eso me parece muy interesante y positivo.
¿Cómo ves la literatura de las mujeres? ¿Crees que el pink washing influye en el mercado a la hora de vender literatura de mujeres?
Como lectoras, dejamos de ser el público al que solo se le ofrecían novelas románticas y manuales de cocina, que son géneros válidos para quien busque eso, pero lo importante es que no se nos limite a ellos. Hoy, se están tratando temáticas que eran tabú en otra época como, por ejemplo, el ideal de la maternidad. Hay muchas obras que permiten explorar la ambigüedad de ese momento. Me parece que la literatura es un gran espacio para reflejar cuestiones que angustian, que movilizan, que a algunos pueden incomodar, y siento que hoy nos estamos permitiendo hacerlo.
¿Cuáles son tus escritos favoritos y por qué? ¿Cuál es tu último trabajo?
Soy cuentista. A pesar de las “recomendaciones” para que escriba una novela, sigo haciendo cuentos. Y cuentos cortos. Hay algo en la brevedad del cuento como género que me permite explorar el poder de las palabras. A veces, pienso que podría utilizar más, pero en el momento clave, el de la reescritura, soy casi como una podadora: saco todo lo que siento que sobra, lo que altera el ritmo, lo que obstruye.
Mi último libro es “Salamandra”, editado por Textos Intrusos. Es de hace dos años ya, pero la pandemia, que a algunos les sirvió para escribir mucho, en mi caso no ayudó. Sentí cómo mi mente se enclaustraba también. Ahora estoy trabajando en material nuevo, siempre cuentos.
¿Qué consejo le darías a unx escritorx del conurbano que quiere comenzar a publicar sus escritos?
Creo que es fundamental contar con material que haya sido leído por alguien más. En general, a los escritores nos parece que lo que tenemos está perfecto, pero es la lectura de un tercero la que nos va a mostrar si quedó algo por corregir que se nos pasó. Y no me refiero a comas o faltas de ortografía solamente. El ritmo, pequeñas contradicciones argumentales o hasta el nombre de un personaje cambiado, se nos escapan en esa mirada tan interna que tenemos con respecto a lo que escribimos, por eso es fundamental la visión “de afuera”, ya sea en taller, una tutoría, el trabajo de un corrector.
María Victoria Vázquez comparte algunos de sus escritos a través de sus redes sociales, además de su página web en formato blogspot.